Capítulo 1

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Lunes

-¿Hola?
-¿Esta tu madre?
-No, salió a hablar con el director papá.
-¿Ahora que hiciste Adam?-Dijo molesto.
-¡Por Dios Papá! ¿Enserio?-Contestó Adam aun mas molesto y después colgó sin dejar responder a su padre.
Se encerró de nuevo y volvió a la cama.
Sin querer se quedo dormido un par de horas.

-Adam, ya llegue-Grito su madre aproximándose a su habitación.
-Okey, mama-Dijo aún soñoliento.

-Tu padre me llamo, Adam-Dijo ya en la puerta de la habitación de su hijo-Me dijo lo que paso, ¿Por qué lo trataste así, cariño?

-¿Cómo querías que lo tratara mamá?, nunca esta en casa y cuando estoy solo hablamos 5 palabras, no tiene derecho a meterse en mi vida, mucho menos a juzgarme.

-Nadie te esta juzgando cariño, nos preocupamos por ti.

-Tranquila mamá, no lo volveré ha hacer-Dijo ya saliendo de su habitación dejando hablando a su madre-

El día paso, y Adam no volvió a hablar con su madre, mucho menos con su padre. Se mantuvo encerrado en su habitación

Martes.

-¿Enserio Emily?-Dijo irónica.
-¿Que quieres Hanna?
-¿Sigues enamorada de ese chico?
-No se de que estas hablando.
-Jajaja no te hagas tonta nena, ¿Adam?
-Dejame en paz. Tu no sabes nada.

Pero si que sabia mucho, Emily llevaba un año de observar a Adam en la escuela, pues se topaban en algunas clases, ¿Y quien no veria a ese chico alto, apuesto, en buena forma, y con esos ojos tan hermosos? Si, Adam estaba rodeado siempre de miradas de todas las chicas, pero eso solo fue el primer mes de curso, pues después de lo que hizo toda la escuela se entero y ninguna chica se volvió a interesar en él.
A excepción de Emily.
Adam no hablaba con nadie, mas que con esos 4 chicos populares del curso.

-Ey Luis, ¿viste las nalgas de esa tipa?
-Y como no verlos Diego. Me los llevaría a mi casa a pasear por mi cama un par de veces.
-Chicos ya los oí he, ¡hablando de perras sin mi! Jajaja-Dijo dándole una nalgada a aquella chica, quien de inmediato se fue corriendo.
-Los perros son ustedes-Susurro Adam
-¿Que Dijiste psico? -Dijo Luis levantándose y dándole un empujon a Adam.
-Nada que no fuera verdad. -Dijo Adam reincorporándose y devolviéndole el empujón a Diego.

En ese momento todas las personas comenzaron a ponerse de pie y empezaron los gritos de pelea.
Y así fue. Diego dio el primer golpe, Adam correspondió, y, a pesar de que Diego era un chico alto no estaba tan en forma como Adam.
Cinco minutos y unos quince golpes después, llegaron dos profesores mandandolos a dirección.

Adam sabia que le esperaba otra pelea con su padre y un discurso de su madre, pero también sabia que no había hecho mal. Defender a Emily a pesar de que él no estaba enamorado de ella como ella de él era el comienzo de esa idea que había rondado en su cabeza desde aquél día.

Sucesos ImpredeciblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora