---;capítulo ocho;---

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- Eso se llama estar celoso. –dijo Nash, asintiendo mientras miraba su plato de comida y revolvía el puré.

- No lo creo. –negué con la cabeza.

- Pues, debes creerme. –lo miré raro. – Ya te he celado antes. –sonreí con ternura antes de envolver mis brazos en su cuello. – Shu, shu, shu. –puso su mano en mi frente y me apartó.

- Eres cómo un gato. –dije, mirándolo raro y él alzó una ceja. – Así de malhumorado y que no les gusta el amor.

- Cállate, golden retriever. –una sonrisa tiró de mis labios y le besé la mejilla. – Te has quedado sin dog chow.

- Ah, ¿sabes? No voy a comprarte whiskas. –dije, cruzando mis brazos y mirándolo cómo si fuera una villana. – Vas a comer ratones podridos por el resto de tu vida. Los que tienen las tripas podridas, de la alcantarilla con todos los desechos humanos.

Nash hizo una mueca de asco y soltó el tenedor con el que estaba removiendo el puré. Sonreí con satisfacción.

- Bien, ¿qué sucede? –pregunté y él me miró. – Nash... -dije en tono de regaño.

- Es que... "te he celado antes" significa... -lo vi juguetear con sus manos, gesto que hace mayormente cuándo está nervioso. – Significa "estoy celoso". –lo miré raro. – No te hagas la desentendida, no me gusta tu relación con Matthew.

- ¿Qué relación? –dije, luego de soltar un enorme >¡Ja!< Matthew rió y me abrazó por los hombros, comenzando a acariciar mi cabello y besando mi mejilla suavemente. Nash es la persona más suave y tierna que jamás podrías conocer.

- No quiero que te haga daño, Sammy. –sentí cómo enterraba su nariz en mi cuello y comencé a acariciarle el cabello.

- Voy a arrancarle los pelos uno por uno si hace eso. –sonreí al escuchar sus risitas. – Y tú, ve buscando un lugar para su cadáver.

- Hay cuervos en el bosque. –solté unas risitas. – Pero tal vez no les guste la carne podrida.

Le di un golpecito en la nuca antes de abrazarlo también. Me sentía segura en los brazos de Nash.

El timbre que finalizaba el descanso resonó en todos los pasillos y salas del instituto. Suspiré, Nash me besó la frente y ambos nos dirigimos a nuestras clases.

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Suspiré, pegando mi cara al pupitre y sintiendo el timbre perforarme los tímpanos. Acomodé mis cosas en mi mochila y corrí hasta salir del instituto, sin importarme golpear a personas durante mi maratón.

Vi el carro de Matthew y me subí rápidamente, acomodando mi cabeza en el respaldo. Matthew sonrió y señaló su mejilla, esperando un beso. Simplemente le toqué la mejilla con mi dedo índice y él rodó los ojos.

Cerré mis ojos y dormí un rato antes de llegar a la casa, dónde mamá estaba haciendo la cena. Pero simplemente corrí a mi habitación, ignorando aquello y yendo directamente a dormir.

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⏰ Última actualización: Oct 09, 2017 ⏰

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