Capítulo 3: ¿Me acompañas?

214 18 12
                                    

>>Eleanor.

Los días habían pasado y con eso mi recuperacion. La herida que tenia no era tan profunda pero, mi madre y mi 'doctor' particular insistieron en que tenia que guardar reposo.

Liam se había quedado en casa, en una de las habitaciones de la casa. Era extraño que mis padres no preguntarán más. Lo aceptaban como si tuviera mucho tiempo de conocernos.

-Saldremos de compras, la alacena esta casi vacia, Liam,  por favor cuida de mi hija- le había dicho mi madre a Liam.

Este sólo había a sentido sonriendo, mi padre algo serio salió primero.

Ahora mismo estábamos en la sala viendo televisión. Una semana ya de aquel accidente, a veces solía salir diciéndoles a mis padres que tenia que trabajar. Pero en realidad salía a vigilar que no hubiesen más de esos   'colmilludos' como decía él.

-¿Necesitas algo? Iré a la cocina-

-Un poco de agua, por favor- asenti.

A pesar de que sólo teníamos una semana de conocernos, habíamos desarrollado un tipo de relación, la cual  no pasaba desapercibida para mis padres.

Liam regreso con un vaso de agua y me lo entrego. Bebí lentamente el contenido cristalino de este, sentía como empezaba a humedecer de nuevo mi garganta.

El teléfono de Liam empezó a sonar, este lo saco de su bolsillo y miró la pantalla, le devolvió una mirada como si el teléfono lo hubiese insultado. Suspiro y contestó.

-¿Que quieres?-  frunció el ceño mientras escuchaba lo que le decían del otro lado. --Ahora estoy ocupado, revise el área pero no salio nada, tal vez ya no queden más  por aqui.-- volvió a guardar silenció, asentía un par de veces y después cerró los ojos sobandose la sien con la mano libre--Jaques, yo decido cuando regresar, pero agradezco tu preocupación, te contactare cuando decida lo que voy a hacer-

Sin más colgó el teléfono y lo dejo caer a un lado de él en el sofá.

-¿Tu trabajo?- Pregunte mirandolo.

Asintio, dejó salir un largo suspiro y después volteó a mirarme.

-Tengo que regresar, los demás empiezan a preguntar por mí - me miro con pesar.

-Oh- agaché la mirada algo triste, no quería que se fuera.

Habíamos comprobado algo, cada que salía por las noches y regresaba por las mañanas. Ambos sentíamos como si algo nos faltara, no podíamos estar mucho tiempo lejos. Y pensar que se iría lejos, él se llevaría una parte de mi vida.

- No pienso dejarte sola, no quiero dejarte... pero tampoco te quiero arrastrar a mi mundo, es peligroso- su mirada era intensa.

-Ambos sabemos que estando aquí sola, puede ser aun más peligroso, ya una vez me atacaron, ¿Quién me dice que no lo hagan una segunda vez?-

Vi como su frente hacia una pequeña arruga, la cual mostraba su preocupación.

-Donde yo vivo, algunos lobos pueden ser peligrosos tambien, ¿Recuerdas la platica que tuvimos hace dos dias?-

-Que ustedes son machistas por naturaleza, pero también me dijiste que ustedes tienen  un código de honor, no maltratan a mujeres y niños-

-Y asi es cielo, pero todo cambia cuando esa mujer o niño es alguien importante para uno de nosotros, cualquiera puede tomar venganza, y yo cargo con muchos enemigos-

-Quiero ir contigo, no me quiero alejar de ti-

Sabía que estaba pidiéndole imposibles, él lo que menos quería era ponerme en peligro y yo voy y le arruinó todo.

-¿Dejarás a tus padres? El irte conmigo es hacerlo para siempre, tendrían que darte por muerta, sino ellos te buscarían y se pondrían en peligro, ¿Harías eso?- su mirada se hizo severa así como su voz.

Un escalofrío recorrió mi espalda, pase saliva sonoramente. El pareció darse cuenta, suavizó su rostro y me sonrió.

-Es claro que jamás haría que hicieras eso, te causaría dolor, y yo no quiero que pases por cosas asi, por eso...-

-Lo haré,  iré contigo, haré lo que tenga que hacer, además mis padres podrían estar en peligro en estos momentos, nadie me garantiza que esa... cosa, no tuviera compinches, si me alejó ellos estarían seguros, ¿verdad?-

Asintió no muy convencido, se levantó del sofá y se puso delante de mi, abrazando me con fuerza.

No deveria de hacer eso, sino yo me derrumbaria.

-Sí estas decidida a alejarte de tu familia, te prometo que te protegere con mi vida y te entregaré la máxima felicidad, es lo menos que puedo hacer- hablo en mi oído.

-No tienes que hacer nada que no quieras- susurre.

-Yo lo quiero hacer, y nadie me obliga, es porque yo en verdad te quiero, lo pensé por un rato, pensé en dejarte e irme, así estarías segura, pero soy demaciado egoísta, desde un principio planeaba llevarte, así fuera secuestrandote, pero después recordé que primero era tu felicidad... tu familia es la felicidad, por eso preferí que tu decidirás -

-Eres un tonto, claro que te acompañaria, la vida de los hijos es dejar el nido, volar y vivir, pero es claro que no todos los hijos son perfectos, después de todo soy humana- me ruborice.

-Pero eres una humana preciosa y de buen corazón - me sonrió.

Junte mi frente a la de él  y suspire.

Era obvio que sabía que sin él yo no podría seguir viviendo.

Lazos de sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora