Setenta

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Narrado

Por fin había llegado el gran día, por fin me iba a casar con el Joaquín estaba todo listo, solo había que dar el "sí acepto", en el momento del beso en vez de darme un beso me empezó a lamer toda la cara, acto seguido me mando un mordisco en la nariz.

Desperté de golpe.

¿Mierda, era un sueño la huea?

Al lado mío estaba mi gatito haciéndose un lavado de coquitos - iu pensar que se lava sus partes y después me pasa su lengua por mi cara - pero igual lo amo.

Me iba a disponer a volver a dormir unos cinco minutos más cuando siento que abren la puerta.

Eran mis padres con una pequeña tortita.

— Cumpleañooooos feliz — empezaron a cantar al unísono — te deseamos a ti, feliz cumpleaños Antonella.

— Pida un deseo mi amor — dijo mi mami.

— Gracias los amo — les dije y los abracé.

— Vístete — me ordenó mi señor padre — para que tomemos un desayuno rico.

Antes de ir al baño revise mi celular, tenía unos mensajes de mis amigos felicitándome y algunos saludos de Facebook, pero ninguno del Joaquín, ni siquiera me había llamado.

Debe estar raja pensé.

Igual era temprano tenía todo el día para saludarme.

Me arreglé y fui a tomar desayuno con mis papitos lindos hermosos.

Terminé de tomar desayuno y me fui a lavar los dientes y a arreglarme un poco, no era de esas minas que se maquillaran tanto solo un poquito de rímel y listo, agarré mi mochila y me fui rumbo a mi colegio.

La Monse me estaba esperando en la entrada de la sala - milagro que llega temprano la hueona.

Apenas me vio corrió hacia mí y me abrazó y caímos al suelo.

— ¡Feliz cumpleaños maraca! — dijo efusiva — Te amo perra.

Tan amorosa mi amiga.

— Me ahogas — apenas hable mientras trataba de apartármela.

— Ay lo siento— dice arreglándose el pelo — ¿Y te llamo el Joaquín?

Justo en el corazón.

— No — agache la cabeza triste — debe estar durmiendo si son las 8:30 no más.

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Eran las doce del día y nada que el Joaquín me llamaba o un mensaje, por último.

Quizás este sin internet pensé.

O no tiene saldo.

O le robaron su celular.

¡Me metí al WhatsApp a ver su última conexión - ult vez a las 11:45 - Hueón! se había conectado hace 15 minutos y no se dignaba a un Feliz cumple que sea o a un F/C como saludan los hueones flojos.

Traté de calmarme - conté hasta diez - y pensé que quizás se había levantado recién.

Paso el día y aún no recibía algún mensaje de él y eso que una vez lo vi en línea estuve a punto de escribirle, pero me aguanté - siempre digna - pero puta que me estaba dando pena ya que no me saludara.

— Quizás se le olvido — dice la Monse.

— No — dije — él me dijo que había puesto un evento con alarma y todo, aparte Facebook se lo recuerda po.

¿Qué fuimos realmente?  [Chilensis]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora