Capítulo 4- Ya no soy lesbiana

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Al otro dia en la escuela busco a cada uno de mis amigos y amigas a los que le había hecho tal promesa y les cuento lo que hice, y para mi espanto y sorpresa, me tildaron de puta.

-¡Que bien!- pensé- ahora no soy lesbiana mas bien puta...Y lloré pero no por mucho tiempo duró tal decepción.

Comencé a tener encuentros sexuales mas frecuentes. Ya no iba a clases tan seguido, mi pudor se iba perdiendo y poco a poco iba ganando popularidad y respeto en la escuela, bueno eso creí, pues me convertí en una persona gótica, oscura, rebelde, no me quedaba callada ante nada.

Un día al subir a la casa de mi novio, el me dice- ¡hagamoslo aqui! y le dije sorprendida- ¡Fabián estamos en la escalera! ¡Aqui pueden vernos! A lo que el me contesta- ¡NO, nadie nos va a ver!

Y se sentó en un escalón se bajó un poco el pantalón y vi su pene erecto, entonces me quité el pantalón y la ropa interior que tenía bajo mi uniforme escolar y lo guardé en mi mochila. Me levanté la falda y me acerque suavemente dejando que su pene me rosara el clítoris lo agarré y me lo introduje suavemente y comencé a subir y bajar ritmicamente, sentía que podían verme desde la calle mas no me importó.

Mas tarde detrás de su casa y todavía yo sin ropa interior y ya con sus padres en la casa, me dice- doblate para verte y mira hacia la pared, hice lo que me dijo, segundos después sentí como me penetró  profundamente y de una sola vez, fue dificil contener los gemidos pero tenía que hacerlo si no, nos podian descubrir.

Luego de unas semanas salimos al cine a lo cual mi madre autorizó mi salida, cosa extraña, yo solía escaparme ya que no me daba permiso para nada.

En fin eramos 2 parejas y nunca fuimos al cine. Nos fuimos a un lugar apartado y oscuro y cada pareja comenzamos lo nuestro ¡el sexo! Fue muy excitante ver a la otra pareja teniendo sexo. En ese momento no pensé en nada solo en sentir como me penetraba mi novio y ver lujuriosamente como Marcos penetraba a Aracelis. El lo tenía corto pero bien grueso y la penetraba muy distinto a como Fabián lo hacía. Pero no hice caso y disfruté del momento.

Cuando al amor se le olvida amar...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora