Capitulo VII ¡No Harry! ¡Te van a Matar!

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El tono de llamada proveniente de mi celular interrumpe mi sueño, me giro quedando boca abajo, la verdad es que desearía seguir durmiendo, siento que he dormido solo un par de minutos pero me obligo a salir de la cama y buscar mi celular como puedo, ni siquiera miro quien llama, simplemente contesto.

- ¿Alo? – Digo en medio de un bostezo, mis parpados se cierran solo, las mañanas no son lo mío.

- ¿Aun sigues durmiendo? – Aquella voz suena divertida.

- ¿Qué quieres Leo? – Digo irritada, reitero las mañanas no son lo mío.

- Pues tu plan está funcionando más rápido de lo que crees, tenemos a un par de invitados en la oficina, quieren hablar con la jefa.

- ¿En serio? ¿Tan rápido han recurrido a mí? – Pregunto estupefacta, sé que el discurso de ayer llamo la atención de los invitados, pero no esperaba que en tan poco tiempo comenzaran a recurrir a mí.

- ¡Que sí! –Responde con euforia- Tienes un gran poder de convencimiento, eso no es nada nuevo para mí, siempre me convencías para robar dulces- me rio fuerte por su comentario.

- Vale, me arreglo y voy para allá.

- Acá te espero- Sin decir más cuelgo la llamada.

En serio que no me esperaba que fuera tan pronto, al mirar la hora me doy cuenta que ya son las 1:30, y todo viene a mi mente en un golpe. Harry esta esposado a mi cama, desnudo, no puedo evitar reír al recordar las imágenes de esta mañana, ahí lo tienes por capullo.

Me encamino a mi habitación donde deje a Harry hace un par de horas, al entrar a la habitación la encuentro vacía, las esposas están en la mesa de noche y sorprendentemente está organizada, ayer no lo estaba. ¡Oh Dios!, ¿Sera que lo habrá encontrado Miriam? Miriam es una de las señoras del servicio, una de las más antiguas, lleva más de 20 años con la familia. ¡Qué vergüenza donde llegue a ser así!, ¿Qué pensara de mí esa pobre señora?

Me tomo mi tiempo para tomar una ducha y vestirme, bajo las escaleras y me encamino a la cocina de la mansión, mi estómago gruñe pero simplemente tomo una manzana del refrigerador, comeré algo en cuanto llegue a la oficina.

- Señorita Natallie, ¿Quiere que le prepare algo de comer?- Interrumpe una voz a mis espaldas, es Miriam.

- No se preocupe Miriencita, ya voy de salida- Digo dándole un beso en la mejilla en forma de saludo.

- Debería comer algo señorita – Yo asiento y le pego un mordisco a la manzana que tengo en mis manos.

- Lo estoy haciendo Miriencita- Digo señalando la manzana, ella niego con la cabeza- Prometo que voy a comer algo al llegar a la oficina- prometo mientras tomo mi bolso de la encimera.

- Señorita, sabe que se tiene que alimentar bien- Dice en forma de reproche.

- Lo hago, no hay nada de qué preocuparse – digo para tranquilizarla.

- Está bien señorita, yo simplemente me preocupo por usted – Ella siempre lo ha hecho, siempre ha estado preocupada por Leo y por mí.

- Lo sé Miriencita- y entonces en mi mente nace la duda de si preguntarle o no, como la curiosidad es más grande que cualquier cosa me dispongo a preguntar- ¿Miriencita?

- Dígame niña Natallie- dice poniendo su atención en mí.

- ¿Usted no se encontró un joven en mi habitación esta mañana? Por si acaso- Digo con la cabeza gacha, ¡Qué vergüenza! Al mirarla veo que esta roja como un tomate.

Gun Love - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora