Gun Love - Harry Styles

Capitulo VI Dulce Venganza

Hace una hora que no veo a Harry, después de nuestro encuentro con Walts camino hacia sus hombre dándoles una señal para que lo siguiese, luego de eso había desaparecido por un pasillo. Durante el tiempo de su ausencia había aprovechado para seguir hablando con los invitado, ya casi se acercaba la hora para dar el discurso que tenía preparado, se acercaba el momento para poner mi plan en marcha, o bueno el comienzo. Aquellas copas de champaña están dando efecto, mi vejiga iba a explotar en cualquier momento, así que me encamino para ir al baño antes de que pase una tragedia.

Al llegar al baño hago mis necesidades y reviso mi aspecto, me retoco un poco el maquillaje y me aplico un poco de labial, al salir del baño tomo mi camino para el salón pero una voz llama mi atención. ¿Qué hace Harry por acá? Me acerco un poco de donde proviene la voz y entonces me detengo, está hablando por teléfono y como la curiosidad me gana, decido escuchar que dice.

- No Niall, no podemos hacerlo esta noche- Espera respuesta- No seas idiota, tendré una mejor oportunidad - ... - Si pasa esta noche, se enterara - ... - Que te he dicho que no idiota, las cosas se van a hacer como yo diga - ... - Me vale verga lo que diga Maxwel – Su voz se hace más fuerte – No joder, que no - ... - Tienes que confiar en mi - ... - Abra una mejor oportunidad - ....

- ¿Qué haces ahí escondida Natallie? – Una voz divertida a mis espaldas hace que me sobresalte. Cuando giro a verlo me encuentro con un Jay un poco tomado con una expresión divertida en su rostro.

- Shhh – lo mando a callar, el solo suelta una risita, joder ojala no haya escuchado Harry.

- Vamos a divertirnos- dice riendo mientras toma mi mano – Regálame un baile, todos los presente morirán al verte mover las caderas en ese pequeño vestido rojo – no espera nada para halar mi mano hacia el salón.

- Jay, estaba haciendo algo – digo en reproche.

- Oh vamos, lo podrás hacer más rato, diviértete conmigo como en los viejos tiempos- dice riendo, yo también rio, no hay nada más gracioso que Jay borracho, entonces me doy por vencida.- Si escuchas – dice casi gritando – es nuestra canción – entonces me toma de la cintura y me levanta en el suelo, dando vueltas en su mismo eje, yo no puedo evitar reír.

- Vale, vamos a bailar- digo mientras me pone de nuevo en el suelo- Espero que hayas mejorado tus pasos en estos años- El asiente cual niño y seguimos caminando hacia la pista.

Al llegar a la pista Jay pone sus manos en mi cintura y comenzamos a movernos, es una canción lenta, una canción de amor, la pista se va llenando conforme suena la canción. Me encuentro riendo por los torpes movimientos de Jay, el cual choca con todo el mundo, la gente ya tomada solo se ríe y algunos se le unen en su improvisado baile, Jay siempre hace cualquier tipo de estupidez para verte reír, es un gran chico a pesar de todo, de un momento a otro mis pies no tocan el suelo, Jay otra vez me tiene en sus brazos, girando como loco, la gente ríe y nos aplaude, mis mejillas se tornan carmesí, Las demostraciones de afecto en público no son lo mío. Cuando me deja de nuevo en el piso nos estamos riendo como locos, cuando logro recobrar la calma, mis ojos inspeccionan nuestro alrededor, algunos ríen, otros nos miran con diversión, otros simplemente pasan de nosotros, y luego esos ojos que me miran con recelo, aquellos ojos no tienen su color natural, están negros, y la ira esta presento en ellos, sus puños están apretados a sus costado ejerciendo tan fuerza que sus nudillos están blancos, su mandíbula esta apretada, me mira impaciente y yo simplemente me paralizo, no sé qué hacer, Jay me toma de la cintura haciéndome girar hacia él, cuando vuelvo a buscar aquellos ojos ya no están.

La noche sigue transcurriendo, me la he pasado con Jay, Leo y Liam, riéndonos como locos, hace mucho que no me divertida, el ambiente era esplendido y necesitaba hacer el discurso ahora, antes de que la gente comenzara a marcharse, era el momento perfecto, la gente estaba alegre y un poco alcoholizados. La música se detiene y sé que es mi momento de hablar.