Heda

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-¿Y que te pareció Lexa?- quien seria quien me preguntaba con una sonrisa satisfecha al día siguiente como siempre en la hora del almuerzo en Starbucks

-Ella es...- empiezo sin realmente encontrar una palabra que describa completamente a Lexa

-¿Peculiar?- dijo Octavia

-Supongo- suspiro -No es nada parecido a lo que me esperaba...- dije pensativa

-Pero vas a seguir viéndola ¿no?- pregunta como si la fuera a decepcionar si no lo hiciera

-Si, supongo que si- le digo

Di un trago al café mientras Octavia parecía más interesada en el periódico frente a ella que en mi. Últimamente no he sido capaz de dejar de pensar sobre la consulta con Lexa ayer, me confundió y asusto mucho, pero al mismo tiempo me hizo sentir alegre y extrañamente optimista. Supongo que ese es su trabajo pero... la forma en la que a veces me miraba... wow. Simplemente me gusta cómo me hace sentir. Estoy algo decepcionada porque no la veré de nuevo hasta mañana.

Más tarde en mi casa, hice la comida favorita de Bellamy, espaguetis con gambas, la receta original me la paso su madre. A mi me gusta, pero no es mi favorita, es extraño que vivo en una de las ciudades más vibrantes del mundo y que Bellamy y yo jamás hayamos salido a uno de esos elegantes restaurantes o sencillamente probar algo nuevo.

-Hey, ¿te conté las buenas noticias de mis padrinos?- Bellamy me pregunta sobre la pequeña mesa

Yo niego con la cabeza mientras tomo otro vaso de vino.

-Encontraron un comprador para la granja- el sonríe ampliamente

-Vaya eso es genial, realmente no creí que nadie comprara ese lugar nunca- digo sorprendida

La familia Blake tiene un rancho en Tennessee, nosotros a veces hemos ido allí algunos fines de semana. Siempre he sido una chica de ciudad, pero me gusta ir porque siempre parece estar soleado y siempre he sido muy bien recibida por el resto de la familia.

-El nuevo dueño dijo que iba a ir algunas semanas a ayudar con el trabajo- dijo mientras masticaba su comida

Yo entrecierro los ojos -Eso parece ser demasiado bueno para ser verdad, primero esta persona compra el rancho por ¿cuánto? ¿medio millón de dolores?, luego les permite quedarse siempre que paguen la renta y ¿quiere ayudar con el trabajo?... -Esta loco ¿o no es verdad?- replico

Dejo salir un sonido inseguro -No quiero ayudar a la estafa de tu familia, solo diles que revisen dos veces los papeles antes- digo insegura

-Si, si ya- gruñe comiendo

Bellamy no es el más inteligente del mundo, tampoco sus hermanos o padres quienes viven y trabajan en el rancho. Yo los quiero y no quiero que se aprovechen de ellos o peor, que los dejen sin hogar solo porque no entendieron lo básico de unas reglas y condiciones de un contrato.

Recuerdo la primera vez que conocí a sus padres, me miraron como si fuera alguna especie de alien. El rancho está en el medio de la nada así que es probable que esa fuera la primera vez que vieran una persona tan rubia y pálida como yo. Pase diez minutos explicando mis orígenes y ellos aún seguían viéndose confundidos. Al principio parecía que pensaban que eras una de esas personas de nariz fruncida de la gran ciudad pero pronto se acostumbraron a mi agresivo y sarcástico sentido del humor. Ahora soy una mas de su familia y realmente ellos se sienten más como mi familia que mis propios padres.

-Uh, ¿quizás deberíamos ir este fin de semana?- Bellamy me pregunta al parecer buscando no molestarme

Yo sonrío por ver su cara pensativa -No, esta bien, podría mejorar mi bronceado- sonrío burlonamente

- 47 - ClexaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora