Confundida

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-Mira bien por donde pisas Clarke- ríe Lexa, y yo sonrío un poco al tiempo que comienzo a subir por las escaleras de su casa, agradecida por alejarme del frío

-Se subir escaleras- digo riendo nerviosa

-Si, pero has estado bebiendo mucho y estoy acostumbrada a que Jasper se caiga justo aquí siempre que viene borracha- rie Lexa

-¡Hey tu niña!- protesta Jasper en su defensa golpeándola en el brazo

-Yo no estoy borracha, créeme- sonrío de lado, pensando momentáneamente en esos recuerdos borrosos y ebrios que envolvían lagrimas o vómitos o ambos

Voy tras ellos hasta alcanzar el final del pasillo del tercer piso donde ella abre la puerta numero 25. Lexa enciende la luz mientras atraviesa la entrada, Jasper lo lo hace enseguida para dejarse colapsar sobre el sofá.

Mierda, joder hace frio aquí.

-Uff mi calefacción debio apagarse sola otra vez que coñazo- gruño Lexa abriendo la puerta hacia la cocina dejando que un familiar golden retriever aparezca correteando directa a mi girando alrededor de mis piernas.

-Hey ¿que tal bonita?- sonrío hacia Heda mientras acaricio el suave pelo de su cabeza, ella responde agitando su cola alegremente. Miro alrededor y noto que es una casa de tamaño decente, el salón es bastante grande y está decorado con colores pasteles, tiene un sofá color crema puesto delante de la  televisión que esta colgada en la pared. Hay una silla en la esquina donde veo coloridas pelotas de hilo y demás materiales de tejer, sonrío al imaginar a Lexa tejer todo tipo de ropa allí sentada.

Hay algunos huesos y juguetes de perro en el suelo y una estantería con extraños adornos. Noto también la falta de fotos, no hay ninguna, y esto hace que la casa no sea tan hogareña como podría ser, me hace pensar en mi propia casa, allí hay muchas fotos, de mi y mis padres, yo y Bellamy e incluso una con Octavia.

Escucho su voz desde la cocina -¿Hey queréis algo de chocolate caliente?- nos pregunta

-Si- decimos los dos al mismo tiempo haciéndome reír un poco mientras Heda corre de nuevo a la cocina como si ella también quisiera

-Dios Lexa, los osos polares podrían vivir aquí- dice Jasper temblando. Decido caminar cruzando la mesa de café y sentarme en el asiento solitario que está enfrente de él

-Ese es el plan- responde Lexa aun en la cocina, puedo oírla preparar las bebidas -Pero hasta ahora ninguno ha aparecido ¿extraño verdad?- pregunta Lexa al aire

Jasper puso los ojos en blanco mientras negaba con la cabeza, yo por otro lado rio despacio. Ella es demasiado adorable y lo peor es que no se que me hace quererla mas, el hecho de que quizás este bromeando o el hecho de que quizás habla en serio. No puedo estar segura, de cualquier forma ella es dulce y mágica la vez.

Lexa entra y deja la bebida de Jasper en la mesa y luego me entrega la mía. Noto la forma en que sus labios se crispan suavemente cuando sus dedos se deslizan junto a los míos en los segundos que cojo a taza de sus manos. Pestañeo y sonrío tímidamente -Gracias- murmuro con suavidad

Ella me sonrie y entonces, demasiado pronto, se ha ido de vuelta hacia la cocina.

Mierda. Enserio que me alegro de que Jasper este aquí porque no sabría que hubiera hecho de no ser asi. Sentada en el confort del sillón, adoro la forma en la que el vapor sube desde la taza de chocolate calentando mi cara. Observo a Jasper que no hace otra cosa que estar tirado en el sofá apenas manteniendo un ojo abierto.

-Lexa, vamos a morirnos con este frío- murmuro sus palabras ahogadas al tener la cara pegada contra la superficie del sofá

-Lo siento chicos- dice Lexa viniendo desde la cocina con su propio chocolate caliente sentándose a los pies de Jasper -Mi calefacción ha estado rara últimamente, la quería cambiar pero ahora esta funcionado bien, quizás tome un rato calentar la casa- nos explica apurada ella

- 47 - ClexaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora