Capitulo 26

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Al despertar y abrir mis ojos vi a un sonriente Joshua acomodando nuestro desayuno en la cama, Sonreí para él y me sente en la cama. Tomamos desayuno entre besos y tiernas caricias, cuando terminamos fuímos a la ducha y en ese lugar él me hizo el amor nuevamente, tan hermoso y exquisito como solo él sabía hacerme sentir.
Bajamos abrazados las escaleras mientras nos besabamos, cuando ibamos llegando escuchamos unas risas y sentí el cuerpo de Joshua tensarse.

-¡al fin se han dignado a bajar los dueños de casa! - grita eufórica Rubí con una sonrisa pícara, no puedo evitar que una pequeña sonrisa salga de mis labios.

-discúlpenos por favor, estaba exausta y Joshua a ido a descansar conmigo- Henrique levanta la vista y la pega en mi acompañante.

-seguro que este machote no te a dejado descansar- por un segundo todos estamos en silenció pero de inmediato todos nos carcajiamos, excepto Joshua, el sigue tan tenso y serio como al llegar.

-relajate- susurro mientras le doy un dulce beso y acaricio sus manos. El asiente.

Caminamos hacía la mesa y Maria junto a una jóven se nos acercan con el almuerzo, al olfatear aquel estofado tan exquisito cierro los ojos para disfrutar de él aroma.

-¿te gusta la cocina? - abro mis ojos y siento la mirada de Rubí sobre mi persona.

-un poco- ella frunce el ceño y me sonríe.

-¿un poco? Por la forma en que cierras los ojos para disfrutar del aroma podría apostar a que cocinas delicioso- le sonrío por aquel comentario, hace muchísimo no obtenía uno que no fuera de María .

-algun día podría cocinar algo para usted si así lo desea- dije con elegancia mientras sostenía mi vaso con jugo para llevarlo a mi boca.

-por favor tuteame, eres parte de nuestra familia las formalidades ya no van,y tomare tu palabra!- asiento con una sonrisa y todos nos quedamos en silencio por cortos segundos.

Ya que poco a poco, cada integrante me hace diversas preguntas, a las cuales respondo con mentiras claro, ya que jamás podría contarles todo lo que en realidad había pasado, cada vez que mentía sentía un pequeño apretón en la pierna de parte de Joshua, sabía que se sentía incómodo con aquellas personas presentes por eso cada vez que le hablaban intentaba acaparar toda la atención para que no se sintiera peor. Cuando el almuerzo finalizó, nuestros tres invitados avisaron que darían un paseo por la ciudad para recordar viejos tiempos. Mientras subían a su camioneta yo me despedí con la mano.
Al ingresar a la casa vi a Joshua hojeando un diario del día, Sonreí al ver su ceño fruncido y su mandíbula contraída.

-¿pasa algo? - pregunte quitándole el diario y sentandome en sus piernas, el me lanso una mirada molesta y me quito en dos segundos- lo... Lo siento- susurre.

Camine hacía la puerta trasera y di con el hermoso jardín, suspire el aire fresco cerrando mis ojos, los abrí y camine con paso lento en dirección al árbol que tantas veces observe por horas para algún día lograr dibujar.
Era un árbol extraño, era un tipo de "árbol llorón" como algunos le decían ya que sus ramas y hojas eran caídas, eso no era lo complicado de dibujar ya que ese tipo de arboles no era que fueran demasiado complicados, era mas bien que las ramas eran extrañas, sus hojas tenían tonalidades demasiado extrañas, parecía un arcoiris otoñal, aquellas hojas jamás habían caído desde mi llegada aquí, me parecia un árbol bastante especial.
La brisa chocó en mi rostro trayendome de vuelta a la realidad, Joshua había actuado de la misma forma que la noche anterior en la mañana, pero desde que vio a su familia estubo tenso, sumándole su actitud reciente. Suspire, a pesar de lo que habiamos avanzado en un par de días, sentía que quizás era muy apresurado, aun que en realidad me encantaba la sensación de poder demostrarle lo que sentía.

Sadomasoquista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora