Capitulo 23

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NARRA JOSHUA.

Tengo las manos sudadas y siento que el volante se resbala por mis dedos, mi respiración va demasiado rápido y siento el corazón a mil por segundo. Suspiro negando. Debía tranquilizarme, si llegaba nervioso con Kenedy él se daría cuenta y se aprovecharía de aquello. Debía demostrar todo lo que sabia, que no era un maldito idiota como todos creian, yo iba un paso adelante, cuando ellos iban yo ya venia. Sabia exactamente el lugar donde tenían a Ashely y si algo salia mal con los hombres que habían en el restaurante, tenía refuerzos en el subterraneo de los calabozos.

Cuando llegue al restaurante leí las letras con lentitud "buongiorno principessa", un nombre poco común pero lleno de amor, una sonrisa ladeada se estira en mi cara al recordar que mi padre le puso aquel nombre para recordarle a mi madre que ella era su princesa. Cierro mis ojos con fuerza y presionó el volante.

Un chico abre mi puerta y le paso mis llaves.

-aparcalo lo mas cerca de la salida del estacionamiento- este asiente con su cabeza y se retira con mi auto.

Saco mi celular y le marco a Hernán antes de entrar al restaurante.

-ya estoy aqui, entraré-

-bien, recuerda el plan, si no te gustan sus negocios, solo sales del lugar.

-bien- corto la llamada.

Acomodo mi Smokin azul marino y guardo mi celular. Entro al restaurante y camino hacia donde esta la recepcionista, doy mi nombre, seguido de eso ella me guía hacia la mesa donde diviso a lo lejos a Kenedy con su típico traje blanco. Mis manos temblaron.

Controlate.

Me dije a mi mismo, debía estar calmado, mostrarme relajado.

La recepcionista carraspea y Kenedy se voltea dejándome a la vista su cara, mas arrugada que hace unos años atrás, se pone de pie y estira su mano para que lo salude.

-imposible saludar a quien morderá mi mano- digo de forma tranquila. Me siento frente a donde él  estaba.

-chico listo...

-hombre listo, hace bastante deje de ser un chico- le interrumpo, el toma asiento y me sonrie de forma maliciosa.

-no eres un hombre con los pantalones bien  puestos, ¿como es posible que dejes a tu bella esposa deambular por las calles donde la encontraron mis hombres? - no respondo y lo miro de forma seria - si yo fuera tu, daría las gracias.

-¿por tenerla secuestrada? - pregunto de forma irónica.

-por llegar a su rescate antes de que alguien le hiciera daño- rio sin humor.

-seguro que ya le han hecho daño- digo intentando ocultar mi preocupación.

-no lo se, es Erik quien la cuida- frunzo el ceño al escuchar su nombre.

-es un crio- Kenedy se carcajea.

-un crio que supo muy bien como engañar y manipular a tu esposa.

-¿de que estas hablando? - pregunto cruzando mis brazos sobre mi pecho.

-Erik se hizo amigo de tu esposa y le sacamos bastante información- arrugó mi frente, ¿como fue tan estúpida por Dios? - no sabia que tenías gustos tan... Peculiares querido Joshua - enfadado pongo mis puños con fuerza encima de la mesa.

-¿que tipo de negocio quieres? - el sonrie satisfecho al hacerme enojar.

-es muy sencillo- dice cruzando sus piernas mientras afirma su espalda en la gran silla roja. - solo debes llamar a tu abogado y decirle que traspase todas tus empresas a mi nombre, y en dos segundos tienes a tu amada esposa ¿sencillo no crees? - suelto una carcajada.

Sadomasoquista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora