4: Ruido

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Me desperté temprano, de madrugada, no podía dormir. Camine hasta el refrigerador y no había nada. Por mi culpa, ya que la plata no alcanzaba, por el incidente anterior.

Agarre un vaso de agua y fui hasta tu cuarto, ya que oí un ruido extraño en la ventana.

Estabas completamente dormido ¿Debía despertarte? ¿y si te enojabas?

Apoye el vaso en tu mesita de luz y decidí averiguar por mi misma.

Quizás no era nada, quizás sólo era un gato.

—¿Qué estás haciendo? —me detuviste cuando agarre las llaves.

—Oí... oí un ruido... —te expliqué con la voz temblorosa.

Me arrebataste las llaves como si hubiera hecho una estupidez y me reprendiste. Primero me enfade y volví directo al cuarto, después entendí por qué te habías enojado.

Era un acto muy precipitado salir, no había pensado con la cabeza.

Me dirigí a disculparme, sin embargo ya estabas durmiendo otra vez. Note que el vaso de agua estaba vacío sobre la mesita de luz.

No me pareció gracioso que te tomarás mi agua.

Dependiente de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora