Separación Tortuosa

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Nuestra costumbre era dormirnos escuchando la voz del otro al teléfono, cada noche, y si no eran interminables los mensajes que entraban y salían, a esta altura de las cosas yo le decía sin reservas lo que sentía y lo que quería, hablábamos abiertamente de cualquier cosa –Literalmente de cualquier cosa. En muchas ocasiones le pregunté si le gustaba, a lo que él respondía siempre con evasivas, mientras que yo acababa su agonía diciéndole –Tampoco te estoy pidiendo matrimonio, tranquilo. He inmediatamente le concedía el cambio de conversación que necesitaba, yo quería definir a ciencia cierta lo que nos pasaba pero nunca pude.

Un día de Abril, no recuerdo con exactitud le confronté con la misma pregunta –Por mensajes obviamente puesto él siempre estaba fuera. Y ese condenado día él me dijo –No quiero perder tu amistad por esto. Yo morí de indignación y de hecho mi celular pagó los platos rotos, luego de serenarme le contesté –Tranquilo, no perderás nada. No me perdió, al menos no completamente, pero si me aparté bastante de él y después de pasar todas los días todas las noches hablando, solo hablábamos una vez a la semana y era solo las salutaciones e informaciones de estado de salud y semejantes; Tal situación era incómoda y dolorosa en gran extremo, cuando analicé la situación noté que ya habíamos dejado de hablarnos y lo acepté; Sané La herida de su rechazo pues yo sabía por su boca que gustaba de alguien cercano a él y asumí que una vez se entregara al amor de aquella chica me olvidaría, decidí dejarlo por la paz y no supe más de él hasta entrado el mes de agosto, yo muy pronto pude sentir aprecio por otra persona, aunque buena muy diferente a él...

Mi Persona favorita ❤Where stories live. Discover now