million dollar man [muke smut]

otto.

Michael mordía y succionaba fuertemente el labio inferior del ojiazul, sacándole débiles jadeos que le fascinaron, se pegó más a él, sintiendo el calor de ambos mezclarse, la excitación recorriendo sus venas, sus toques eran íntimos, aunque el menor no lo quisiera admitir, estaba realmente cómodo besando al hombre que minutos atrás trataba de matar mentalmente, pero no le importó, tal vez se arrepentiría mañana, se insultaría y regañaría, pero en ese momento solo quería que Michael siguiera acariciándolo toda la noche de la manera en que lo estaba haciendo ahora.

—M-michael, o-oh— Luke gimió sonoramente al sentir la traviesa mano del teñido cerca a su miembro.

El mayor detuvo sus movimientos y cortó el beso. El adolescente soltó un bufido de molestia, pero el otro lo ignoró por completo y lo guió hasta una gran cruz negra que poseía unas muñequeras de cuero en cada extremo:— Te preguntarás qué es eso, princesa, se llama Cruz de San Andrés, se utiliza para la inmovilización y los actos sadomasoquistas, pero te aseguro que disfrutarás todo lo que te pasé ahí, amor.

—Tengo miedo, Michael— el rubio confesó al sentir como el ojiverde empezó a desnudarlo lentamente, estaba realmente nervioso, pues jamás había tenido un encuentro sexual y mucho menos con un hombre.

—Tranquilo, bebé, confía en mí, sé lo que hago— el menor sólo asintió, entregando su total confianza a el teñido, dejando que lo vea en su forma más vulnerable. El pelirrojo sonrió al saber que tenía a el pequeño a su total disposición, podía apreciar su piel desnuda, admirar lo que nadie ha podido hacer. Atrapó sus muñecas y las empezó a amarrar a cada muñequera, hasta que finalmente quedo totalmente atado a esta.— Oh, corazón, te ves hermoso.

El mayor se aproximó a el inmovilizado chico, pronto sintió como sus pantalones empezaban a apretar más de lo debido al ver al pequeño niño ligado a la cruz, ver que le podía hacerle lo que quisiera le excitaba demasiado. Pronto sintió como las peores y más retorcidas de sus fantasías empezaban a invadirlo, sus pupilas se dilataron y su respiración aumentó, trató de tranquilizarse, pues era la primera vez del chico, le dijo que no tendría piedad, pero si realmente no la tuviera, sabía que posiblemente no sobreviviría a esa noche.

—Ahora ya no seré Michael, corazón, te referirás a mí como amo o maestro, según desees, cada vez que me desobedezcas te daré un castigo, hoy recibirás uno leve, pero si lo vuelves a hacer, desearás no haberlo hecho jamás, ¿soy claro?— Luke asintió rápidamente mientras se removía un poco incómodo por las muñequeras, pero la incomodidad fue reemplazada por un fuerte dolor en su muslo.— Sí qué, princesa.

—S-sí, amo.

Michael sonrió satisfecho y se dirigió hacia donde estaban todo los instrumentos sexuales que necesitaría por ahora, mientras que el menor miraba antento a todo sus movimientos, sentía el frío de la habitación en su piel, pues estaba completamente desnudo, pero también estaba excitado por saber lo que el ojiverde le haría. Cuando el teñido terminó de tomar todo lo que necesitaba, se dirigió a la cama y posicionó cada juguete en su lugar, se volteó con un par de hielos en su mano derecha y en la izquierda llevaba un pañuelo negro.

Michael empezó con un beso lento, pero con el tiempo se tornó más feroz y lujurioso, sintió como la mano del pelirrojo acariciaba su pecho, rozó y apretó sus erectos pezones, cosa que sacó varios lloriqueos por parte del chiquillo. Michael, al ver que era tan sensible en aquella parte, se separó de los labios del sumiso y se dirigió hacia los rozados pezones del otro, metió uno a su boca, mordiendo y succionando todo a su paso, Luke no podía hacer más que tratar de zafarse de aquellas muñequeras, las lágrimas de impotencia no tardaron en salir.

—A-amo, oh, po-or favor, desátame— el adolescente suplicó, pero el dominante movió la cabeza con diversión al ver la desesperación del menor. En vez de parar lo que hacía, dejó leves mordidas por todo en pálido pecho del joven chico, y bajó lentamente hasta llegar a su miembro.