Capítulo treinta y cuatro

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Creía conocerse, saber lo que quería, lo que debía hacer. Ahora se sentía un completo extraño.

-Quiero tenerte de nuevo, Louis.-  sus labios seguían besando los del rizado sin responder a su querer.

¿Estaría en lo correcto volver con alguien que le engaño?

Siempre actuamos antes de pensar, eso hizo, actuó y beso los labios de un ser tan malvado como Harry. Volvió a caer en aquella tentación llamada labios.

-¿Quieres sentarte?- preguntó cuando las manos del ojiverde comenzaron a viajar más allá de su cabeza. Harry no hizo más que aceptar y sentarse a su lado, mirando el cielo.

-Responde.- pidió. Tenía duda si aún Louis le guardaba sentimientos buenos y puros o si la forma de vida que llevaba en la tierra lo hicieron cambiar.

-No soy un objeto, soy una persona y no puedes tenerme.- respondió con un suspiro acompañado.- Como dice Alice, Louis sólo le pertenece a Louis.- recitó.

Su gran amigo, Alice le hizo mención sobre aquello cuando el castaño lloraba por aún pertenecele a Harry o creer eso.

-No me refería a eso.

-Sea lo que sea, tiene razón. Además... Estás en una relación con Victoria y-

-¿Te arrepientes del beso?- interrumpió, teniendo la  respuesta del ojiazul.

-No.- sonrió.- Diría que fue un mal sabor de boca y moral pero... La verdad lo disfrute.-

-Lo ves.- tomó las manos bronceadas del castaño.- Yo también lo hice, volvamos a estar juntos.- le besó los nudillos.

Louis simplemente sonrió y con sutileza alejó sus extremidades.- No confundas lo que he dicho. Si, disfrute el beso pero no quiere decir que volveremos a estar en una relación.

-Pero-

-Nada, Harry. Acepta que ya no somos no seremos pareja.- afirmó.- Pero podemos ser amigos.-

-No quiero ser tu amigo.

-Una lástima.- se levantó del césped.- Porque es lo único que puedo ofrecerte.-

¿Ser amigo de Louis o no ser nada?
No quería volver al principio, tener que parecer dos extraños y tener una distancia prudente, odiaba tener tan lejos al pequeño Louis.

-Acepto.- respondió.

-Bien.- sonrió.

-Louis, Victoria y-

-¡Louis!- interrumpió el gritó de su amigo. Parecía cansado y preocupado.- Dios mío.- No espero más y lo abrazó con fuerza.

No lo toques.

-Me tenías preocupado.- tocó sus mejillas.

Quita tus manos de él.

-Es hora de irnos.- sonrió.- Zayn llamó y quiere que regreses.- tomó la mano del castaño.- Vamos, yo te llevaré.-

No vayas con él.

Nunca te vayas sin decir te quiero.

Mi Niño PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora