The monster under my bed /JooKyun

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ChangKyun lo recuerda con exactitud, sus pesadillas constantes son una evidencia notable de ello, octubre se está acercando y lo único que puede pensar es que ya es lo suficientemente grande como para tener miedo otra vez. Cuando era pequeño y vivía con sus padres el monstruo debajo de su cama salía para visitarlo los torturosos treinta y un días del mes, dejándole con miedo e incertidumbre cada noche porque él no le permitía hacer sonido alguno. A sus cinco años, Im había querido correr de su habitación rumbo a la de sus padres para avisarles del niño que lo atormentaba, aquel de la sonrisa rota y el rostro lleno de sangre, pero sus intentos habían sido fallidos porque no pudo siquiera llegar a la puerta cuando se había visto devuelto a la cama. ChangKyun era obligado a observar al monstruo merodeando por su cuarto, tocando sus objetos y llenándolos de sangre para luego acercarse a él y preguntarle un par de cosas que Im no había sabido responder. ¿Cómo se suponía que se entablaba una conversación con alguien que da tanto miedo?
Él no había vuelto a verlo desde que cumplió la mayoría de edad y se mudó a su propia casa, pero sus traumas se hacían presentes con las horrendas pesadillas de cada noche, mientras se quedaba a la espera de aquel pequeño. Conforme el tiempo pasó él se preguntaba si los fantasmas eran capaces de crecer; porque sí, el pelinegro estaba seguro de que quien lo visitaba antes no era más que un fantasma que no podía encontrar su camino a la luz, tal y como había visto en algunos buscadores justo en su primer día viviendo solo, pero se encontró con que ellos mantenían la misma edad de cuando murieron. Un problema menos, no puedes tenerle miedo a un niño, pensó.

Se llevó la pastilla a la boca y cogió el vaso con agua que se hallaba sobre una cajonera al lado de él para posteriormente tomar del líquido y pasar la pastilla por su garganta sin dificultad. Afuera estaba lloviendo estrepitosamente, los relámpagos iluminaban el cielo de vez en cuando, los truenos hacían retumbar sus ventanas y un frío se colaba a su casa haciéndole estremecer y taparse hasta la cabeza. Simplemente deseaba que el monstruo no volviese a aparecer.

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El sonido de un vidrio siendo roto le hizo abrir los ojos de la nada, la lluvia continuaba pero ya no tan intensa como antes. Se cuestionó acerca del por qué despertó si había tomado una pastilla para dormir, pero no puso tantos peros cuando se sacó la sábana de encima, recién descubría que estaba sudando. Volteó hacia la cajonera de su lado izquierdo, el reloj marcaba las tres de la mañana con treinta minutos; no tenía idea alguna de lo que estaba sucediendo, mas suponía que debía levantarse para ir a ver qué se había quebrado. Y así lo hizo.

A paso lento bajó los escalones, con el corazón en la boca a la espera de encontrarse cualquier cosa y allí vio lo ocurrido. Había pedazos de cristal bajo una de las ventanas que se hallaban al lado del sofá de tres plazas, se estremeció al instante. Alguien había entrado a su casa. Cogió el palo de hockey que había puesto por seguridad al final de la escalera y caminó a la cocina tratando de no hacer mucho ruido, puesto que veía claramente la luz del refrigerador y la sombra de alguien cerca de este. ChangKyun dejó caer el palo cuando estuvo en el umbral y pudo distinguir a un tipo con un traje idéntico al que usaba el niño que solía asustarlo. No podía creer lo que estaba viendo después de tanto.

El otro se devolvió cuando escuchó el sonido y le dedicó una sonrisa, provocando que las comisuras de su boca se elevaran hasta sus pómulos, la sangre escurría de ellas como de costumbre y de su frente salía un fino hilo del también conocido líquido rojo.

No. Eso no podía estar pasando. El sujeto había crecido, ¿cómo era posible? ChangKyun no deseaba volver a tener pesadillas, pero justo ahora estaba aterrado.

Once upon a time 《Monsta X》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora