Once upon a time 《Monsta X》

Gambler / MX-ITZY

–Cuatro minutos para el reemplazo. ¿Cómo va todo por allá?

Changkyun se encontraba en un cuarto vacío de un antiguo hotel que le daba una vista perfecta hacia el casino en el que se llevaba a cabo la subasta más importante de todos los tiempos: aquella que correspondía al extraño rubí que había sido hallado hacía poco y que suponía un valor monetario incalculable. Su MG4 estaba ya colocada frente a la ventana, con las cortinas ligeramente abiertas y la vista del arma dando justo hacia la calle para asegurarse de interceptar antes de que las cosas se salieran de control.

–¿Estás seguro de que las niñas podrán hacerlo? –preguntó Hoseok a través del intercomunicador en su oído.

Hoseok no formaba parte de su equipo directo, él había sido contratado por Hyunwoo para servir de guardia de seguridad por esa ocasión. En cambio, sí que habían otras personas que también estaban implicadas en el robo: Minhyuk, Kihyun y Jooheon, en conjunto con tres novatas de nombres Yeji, Chaeryong y la hermana menor de Hyungwon, Yuna.

–Llevar carnada es más conveniente –respondió de forma condescendiente mientras tecleaba algo en la computadora. De repente, la visión de las cámaras en los collares de esas mujeres se activó permitiéndole saber lo que ocurría–. Se están moviendo por el pasillo. Kihyun.

–Dime –respondió ahora el bajito, tratando de ser lo más discreto posible.

–Tienen que duplicar el precio. Jooheon se está acercando a nuestro premio mayor y cada vez hay menos tiempo para que la bomba haga lo suyo.

–Entendido.

Un estruendo hizo sobresaltar al chico de nariz afilada, porque parecía que algo había caído fuertemente cerca de donde él estaba situado. Por un segundo pensó que todo se había jodido y que estaban en problemas, pero pudo respirar tranquilo y restarle importancia en cuanto observó a un furioso Hyungwon acercándose a él.

–¿No se supone que debes estar cortando carne o algo así?

La patada en su espalda lo tomó desprevenido, porque le hizo estampar contra la pared que tenía delante. Definitivamente, le había dolido como el infierno, pero de ningún modo demostraría que eso había conseguido afectarle.

Hyungwon lo tomó por la ropa entonces y se quejó al ser nuevamente empujado ahora de espaldas contra la madera del suelo.

–¡Eres un hijo de puta! ¡Te dije que mi hermana no estaba lista para involucrarse en sus mierdas!

–¿Querías que se quedara observando mientras despellejas a los enemigos de tu jefe? Qué considerado, Hyungwonnie.

El más alto le dio un puñetazo que acertó justo en el puente de su nariz y, debido a que utilizaba un anillo grande, sintió el ardor expandirse por la herida recién hecha.

–¿Todo está en orden? –escuchó la voz preocupada e irritada de Jooheon en sus oídos–. Te lo juro, Changkyun, que si de nuevo estás teniendo sexo con alguien para que te escuchemos, maldito depravado, te arrancaré las bolas.

No pudo evitar comenzar a reír por el comentario, pero no había tiempo para hacer más bromas, básicamente estaban yendo contra reloj.

–Estoy bien. Solo recibí la visita de nuestro querido Chae. Creo que quiere que adelante la acción.

Todos estaban siguiendo un plan riguroso hecho por su jefe, Sohn Hyunwoo; se suponía, a grandes rasgos, que la distracción creada por Minhyuk y Kihyun no sería sino hasta que la bomba llegase a un minuto para actuar, se suponía que Jooheon se encargaría de entrar a la bóveda para intercambiar la joya por una réplica exacta, se suponía que el trabajo de Yeji, Chaeryong y Yuna era vigilar que Jooheon estuviera a salvo, y que Hoseok los defendería si lo necesitaban. Así lo habían acordado tiempo atrás, pero, al final del día, no era más que Changkyun quien podía frustrar esos planes, porque sólo él sabía cómo funcionaba su propia tecnología, sus programas que a los demás les parecían complejos y sinsentido. Por eso, cuando Hyungwon vio que Im estiraba el brazo para alcanzar su computadora y quitar por adelantado el servicio eléctrico de la ciudad, un vacío aplastante llegó a la boca de su estómago, sobre todo porque justo en ese instante varios disparos se escucharon en el lujoso casino. Despojarlos de la electricidad implicaba también que entre ellos mismos se quedaran faltos de comunicación.