햄칙가, 원톡기 / MinKyun

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Pasados los años y a través del increíble descubrimiento de los híbridos siendo utilizados como mascotas, era natural ver a montones de gente en las calles con algunos pequeños o incluso adultos paseando de sus brazos alegres y obedientes. A él le parecía algo morboso el tema, porque pensaba que aquéllos, después de todo, tenían el derecho a recibir educación y ser libres de decidir lo que les placiera, mas los mantenían en una especie de cautiverio, como si de esclavos se tratase. Aunque en ocasiones le daba curiosidad criar a uno, los híbridos eran carísimos y Minhyuk no se podía dar el lujo de tener a alguno a su alcance con su pobre sueldo de mesero en un café; además estaba seguro de que si ahorrara lo suficiente para adoptar uno, no sería capaz de mantenerlo y darle las comodidades que sabía que necesitaban, por lo que se conformaba dedicándoles sonrisas a todos a quienes se encontraba por la calle cada que avanzaba por su usual camino rumbo al trabajo.

Esa mañana no había sido distinta a otras, Minhyuk llegó retrasado por algunos cinco minutos y recibió una reprimenda del señor Son. Ah, el señor Son, hablando tan tranquilo pero demostrando el fuego en su mirada mientras daba las próximas indicaciones al torpe chico. Minhyuk asintió apresurado, tratando de recordar cada cosa que le fue dicha en el baño de empleados y salió a toda prisa a atender su parte de la cafetería, donde el hijo Son se alejaba de unos clientes mientras se limpiaba unas gotitas de sudor de la frente, mostrando un rostro sereno igual que el padre.

Minhyuk le dio una palmada en el trasero cuando pasó por su lado y fue a atender a otra mesa, importándole poco que alguien lo hubiera visto, sus muestras de cariño eran completamente normales, o al menos eso se repetía todos los días mientras se veía al espejo y se apuntaba con el índice.

—¡Buenos días! —saludó sonriente al chico rubio de uñas pintadas que había visto seguido durante la última semana. Minhyuk examinó rápidamente que ese día llevaba un libro de cálculo. —¿Qué vas a pedir hoy?

—Ah, Minhyuk —el chico pareció estar más relajado con su llegada. —Me alegra mucho verte, el grandote anda algo distraído y se ha olvidado de mi café hace —verificó el tiempo en el reloj alrededor de su muñeca derecha— media hora.

Minhyuk abrió los ojos como platos, le era natural reaccionar con exageración, no sabía cómo controlarlo. —¿Media hora? Dios, lo siento tanto. Vale, ¿el café de siempre? Te lo pagaré con mis propinas —iba a dar vuelta cuando sintió que le tomaban del brazo. —Eh, ¿qué pasa?

—Yo puedo pagar, no te preocupes. Pero... ¿puedes sentarte conmigo un momento? Esto va a sonar de lo más creepy pero vengo al café exclusivamente a verte, es decir, no es que el café sea malo, solamente digo qu...

—Para ahí, galán —Minhyuk rio y se soltó del agarre con disimulo. —Acabo de llegar, mi descanso no es sino hasta dentro de cuatro horas. ¿No debes ir a estudiar o algo? —era la excusa más ingeniosa que se le había ocurrido, si el tipo debía estudiar se marcharía sin dudarlo. Bien hecho, Minhyuk, Hogwarts va a aceptarte. No, espera, ¿no iba ahí Harry Potter?... Olvídalo y sigue en lo tuyo.

—No lo creo, es sábado, vine a estudiar un poco, pero puedo dejarlo para después.

Minhyuk rio otra vez de manera nerviosa y su noble corazón le dijo que no podía echar a patadas a aquel chico que tan sólo quería charlar con él.  —De acuerdo —respondió. —Pero no nos permiten almorzar aquí enfrente, tendrá que ser en la azotea.

—Una mejor idea de cita —afirmó el teñido.

—No te ilusiones tanto —advirtió antes de marcharse.

Los sábados eran, por lo general, más estresantes que cualquier otro día, Minhyuk siempre terminaba con dolor de cabeza y de mejillas tras fingir una sonrisa durante horas y horas, lo que probablemente le pudiera dar un Oscar a mejor actuación. Sin embargo, ese día la mayor parte de la clientela sólo se había presentado durante la mañana y, para cuando su descanso estaba por llegar, se encontró sentado en la barra mientras sentía la mirada de alguien sobre la nuca. Estaba angustiado.

Once upon a time 《Monsta X》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora