Capítulo 1- Todo tiene un final.

2K 44 7
                                    

-Espera, no te vayas...-dijo Tertán con tono de disculpa.

-Adiós. -dijo Liumpa- Suéltame. Te odio.

-No, no me digas eso, por favor...

-Adiós -le dijo alejándose mientras empezaba a llover.

-No te vayas-le suplicó, aunque ya estaba lejos para escucharla.

La chica corrió hacia ninguna parte. Tertán no la perdió de vista mientras se alejaba.

Liumpa fue poco a poco reduciendo el paso al doblar la esquina. No sabía qué hacer ahora pero tenía claro que no quería volver a verlo, al menos en mucho tiempo. Ya llevaba andando un rato sin rumbo cuando a lo lejos reconoció una figura familiar, su mejor amigo.

-¡Hey, Liumpa! ¿Qué tal?-le dijo Cársil con una sonrisa en la cara. El aire acariciaba su pelo rubio oscuro .

-Muy bien... ¿ y tú?- le respondió intentando aparentar tranquilidad.

- También bien.Te noto rara ¿Pasa algo?-preguntó extrañado.

Carsil y ella se conocían desde infantil y desde primaría se habían considerado ambos como mejores amigos, de hecho, aunque no fuera cierto, muchos consideraban que eran casi como novios.  La amistad forjada tras tantos años les permitía una gran confianza y comprensión.

-No, no pasa nada-le soltó Liumpa de forma brusca.

-¿Estás segura? Sabes que me lo puedes contar.- le aseguró apoyando la mano en su hombro de forma cariñosa.

-Lo sé...-susurró empezando a andar.

-¿Entonces?

-Nada, no te preocupes.

-Bueno ¿y donde ibas? -Carsil decidió cambiar de tema.

-A ningún sitio...-dijo mirando hacia el suelo mientras una fina lluvia les caía encima.

-¿Quieres venir a mi casa? Mis padres no están y no vendrán hasta mañana por la tarde.

-Claro... Estaría guay.

-Podemos terminar de ver “La última noche de Boris Grushenko”

-Sería fantástico.

-¿Estás segura de que no pasa nada?

-Si, estoy segura- le dijo más animada

* * *

Cuando terminaron de ver la película fueron al dormitorio, se sentaron encima dl edredón verde y  escucharon música hasta que Cársil dijo:

-Ahora vuelvo, voy al baño.

-Vale.

Cuando Carsil salió, Liumpa se quedó observando la habitación: Sus posters de videojuegos y grupos de música; su desordenada mesa, con multitud de botes y objetos cuya posición original era más que probable que no fuera esa; su alfombra, donde recordaba haber estado tumbada más de una vez mientras ella dibujaba y él escribía sus alocadas historias. Todo le resultaba tan familiar...Pero había una caja roja...Que le llamaba poderosamente la atención. Tenía un cerrojo y una ruedecita de combinación. Saltó de la cama y se acercó a cogerla.

-¿Qué haces? -le preguntó Cársil que había vuelto antes de lo esperado. Liumpa se había distraído… ¿En qué momento había sonado la cadena?

-Sólo observaba esta caja... ¿Que hay dentro?-reconoció la chica sobresaltada

-Nada, está vacía.

-¿Sí? ¿Y por qué está vacía?

-Por la simple razón de que no tengo nada que meter en ella.

-Vaya, ¿Y por qué tienes una caja para guardar cosas si no tienes nada que guardar en ella?

Carsil giró la cabeza hacia la derecha. Liumpa sonrió, siempre que hacía eso quería decir que algo le sorprendía y sin duda era debido a su oportuno comentario.

-Si continúas así te meteré dentro a ti.

Liumpa miró la caja y a ella misma alternativamente,

-Tranquila, no creo que entrases.- se rió mientras ella agitaba la caja. Realmente estaba vacía.

-Me estás llamando...-le interrumpió el pitido de su reloj- Las diez, tengo que irme.-dijo mientras volvía a pensar en Tertan, seguro que a primera hora de la mañana se presentaba allí para pedirle disculpas. Una escena que realmente no quería presenciar.-¿Qué tal si me quedo a dormir?  No tengo ganas de ir a casa. ¿No te molesta, verdad?

-Hombre... iba amontar una pequeña fiesta. Ya sabes, alcohol, música estridente, tal vez una pequeña orgía -dijo en tono irónico- pero ya que el rollo sado no te va... puedo suspenderla. ¿Quieres el pantalón de deporte de siempre? Creo que está para lavar, lo manchaste el otro día de chocolote.-le regañó.

-Fue por tu culpa, no me mires así. Cársil sonrió.

-Puedo dejarte otro, pero ese era el más pequeño.

- Me van a quedar enorme... Bueno, si prometes no mirar puedo dormir sólo en camiseta.-dijo bromeando

-Vas a conseguir que lo de la fiesta sea verdad. ¡Por cierto!-dijo como acordándose de repente- tienes que llamar a tus padres para avisarles.

-¿De lo de la fiesta o de lo de quedarme a dormir?

-De lo de la fiesta, por supuesto, pregúntales si quieren unirse.

Liumpa se imaginó a sus padres en medio de una de esas fiestas.

-Ni de coña, antes paseo en bragas por la calle.

-Ah pues…

-Cállate maldito- le gritó riéndose y golpeándole con un cojín. Cársil le arrebató el cojín y le golpeó con él.

Cazadores de Sombras: Ciudad de oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora