El pasillo estaba oscuro y sólo la luz azul de las armas de los Nephilims permitía andar sin tropezar a los tres miembros del G.1.
Ionu, el jefe del escuadrón, iba el primero de todos. En una mano mantenía en tensión su cuchillo Seraphin y en la otra mano, manteniendola alzada y estirada, una pequeña piedra brillaba ferozmente.
-¿Qué ha sido eso?-preguntó susurrando Randy.
-Yo no he oído nada. Te imaginas cosas.- le respondió Sare, ligeramente nerviosa.
-Callaos ya, chicos. Si el sensor no suena es que no hay demonios y punto.- dijo secamente Ionu.
- Tienes razón... Tienes razón.- susurro Randy dándole la razón
-¡Yo también lo he escuchado!-les dijo Sare parándose en seco- era como un goteo y el arrastrar de algo...algo como viscoso.
-Pero el sensor no pita, debe ser otra cosa: El viento, la madera... Esas cosas, ya sabéis.-les tranquilizó Ionu.
Un par de pisadas se escucharon al final del pasillo, los nefilims tomaron posiciones. Ionu lanzó rodando su piedra de luz mágica por el suelo hasta que chocó contra la pared iluminando la esquina. Un siseo, los sacó de su inactividad, poco a poco una suave niebla les rodeó.
Randy empezó a gritar, soltó sus cuchillos seraphin y se llevó las dos manos a la cabeza mientras caía de rodillas. Tras un último grito desgarrador, cayó inerte al suelo con un golpe seco. Los dos restantes nefilims juntaron sus espaldas preparados para lo que pudiera venir.
-¡Quítamelo! ¡Quítamelo!-gritó Sare- ¡ah!
-¿Lo qué? Si no tienes nada- Le preguntó extrañado.
Con un grito sordo cayó de espaldas mezclándose con la niebla.
-Mierda...
El último de los Nefilims miraba hacia todos los lados, escuchó de fondo un suave gruñido, un gran hocico olisqueaba desde una de las esquinas. Cuando salió del todo, pudo observar a un gran lobo negro. Ionu se lanzó hacia él, cuchillo en vilo, pese al temor que le tenía. Se escuchó un golpe sordo, y la niebla se deshizo, Ionu respiraba fuertemente, tosió escupiendo sangre. La niebla volvió y el valiente Nefilim se retorció entre dolorosos gritos, cayó al suelo mientras la luz mágica de su piedra se extinguía.
***
El pasillo se iluminó con la suave luz azul de los cuchillos Seraphin de los siete Nephilims, que momentos antes habían abandonado la sala de reuniones. Liumpa, el octavo miembro, iba entre los tensos intengrantes del grupo. Los tres guardaespaldas del Inquisidor se colocaron dos delante y uno detrás del grupo.
Carsil y Junli iban detrás de Liumpa y el jefe delante, al lado del Inquisidor y del hermano silencioso. Avanzaban por los pasillos atentos a cualquier movimiento. De pronto el sensor de uno de los guardaespaldas empezó a pitar suavemente. Todos, menos Liumpa que casi se chocó contra Junli, se pararon en seco.
Todos los Nefilims sabían qué hacer. Todos estaban preparados para interceptar a cualquier demonio que intentara acercarse al grupo. Un ligero gruñido se escuchó, y después un sonido de succión. No se veía a más de tres pasos de donde estaban los Nefilims, una espesa niebla lo cubría todo. El guardaespaldas del Inquisidor que cerraba la marcha vio moverse a una sombra que suponía parte de la pared, pero antes de poder dar el grita de alarma, la sombra se abalanzó sobre él.
La repelió con un rápido movimiento de mano, clavando su cuchillo Seraphín por debajo de las costillas del demonio. Visto más de cerca parecía de un color verde oscuro y similar a un murciélago. Lo empujó hacia atrás, haciéndole chocar contra la pared y desaparecer en una nube de polvo. El guardaespaldas miró fijamente al Inquisidor.
ESTÁS LEYENDO
Cazadores de Sombras: Ciudad de oscuridad
Fanfic"La historia comienza cuando Liumpa, una chica de 16 años, rompe con su novio. Debido a esto se refugiará de la realidad en casa de su mejor amigo, que intentará animarla. Esa noche, descubrirá algo que le ha estado ocultando toda su vida"