Al principio no era amor.
Nos usábamos las dos,
Era una cuestión de sudor,
lo que teníamos ella y yo.
No sé si fue por las noches,
que sola pase
O por lo que en mis piernas la llegue a tener.
Pero si sé que amaba verla enloquecer,
cuando al oído le decía
"Que mía esa noche seria".
Solo sé que ella más pedía,
y que yo con ella, enloquecia.
La apreté contra mi,
tantas veces que la cuenta perdí,
no sólo la apretaba,
también la amaba pero ella de eso nunca se entero.
Por eso al final de mí se canso,
se aburrió de entrar y salir,
de sudar y fingir que nada pasaba,
que nadie se enteraba,
por eso ya no está,
total el mundo jamás se entero,
de que ella conmigo enloqueció.