We had to end it.

520 47 32
                                    

Lo de siempre. Inspirado en la canción de arriba ;-; les recomiendo escucharla y blablabla.

Lamento si esto es muy kk ;-; últimamente odio todo lo que he escrito :u So, si a alguien le gustaría que escribiese algún one-shot con una temática/idea en específico, pueden comentar en esta línea con su pedido y lo escribiré xD Puede ser de lo que gusten, siempre y cuando sea McLennon, duh(?

🌸 🌸🌸🌸🌸🌸 

—¿Sabes? No me gusta cómo suena ese acorde en esa parte, no coincide. Deberías cambiarlo.

     Fruncí el ceño indiferentemente hacia Ono, quien permanecía abrazada por Lennon en un sillón cercano. El último dirigió su mirada hacia mí y sonrió retadoramente, antes de asentir de acuerdo con la japonesa.

¿Quién se creía esa mujer para venir al estudio y decirme cómo debería hacer mi trabajo? O peor aún, ¿cómo se atrevía John a dejar que alguien interfiriera de esa forma en nuestras canciones? ¡A penas y le dabamos a Martin permiso de hacer eso, por Dios!

Inhalé una larga bocanada de aire y exhalé, tirando mi cabeza hacia atrás para contar hasta diez y así no romper mi bajo  reposado tentadoramente a un lado del piano donde me encontraba— en la cabeza de alguien.

—P-paul —gemí suavemente, ocultando mi cabeza en el espacio entre su hombro y su cuello. 

     El menor gruñó cuando mis uñas se clavaron en sus glúteos, incitándole a moverse más rápido, petición que no tardó en cumplir.

Las fuertes estocadas directo a mi próstata sumado a los movimientos ágiles de la mano del pelinegro me hacían perder la cordura, gritar y arañar, tirar y maldecir, pero sobretodo amar y sentirme amado.

—Paulie —clamé—, y-ya no... ¡ngh! p-puedo... 

—Lo sé, cariño —murmuró, inclinándose para alcanzar mis labios y besarlos posesiva y exquisitamente.

     El vaivén de sus movimientos dentro mío siguió a la par de la danza de nuestras lenguas, y entre quejidos y suspiros terminamos por corrernos.

Paul se dejó caer a mi lado, yo le rodeé con mis brazos, esparciendo pequeños besos en su cabello mientras intentábamos regular nuestras respiraciones.

—Te amo, Johnny, te amo —murmuró, bajo el brillo de sus ojos hazel. Acaricié con suavidad su mejilla.

—También te amo, princesa.

     Mis ojos buscaron a Ringo y a George en la habitación por algo de apoyo, y al encontrarlos carraspearon incómodamente.  

 Harrison pareció notar mi desesperación y tristeza ante la situación que se venía repitiendo hace semanas, por lo que con una reconfortante sonrisa se acercó hasta mí y se sentó a mi lado, pasando sus dedos por las teclas del instrumento, creando una suave melodía, que lejos de calmarme sólo hizo que me pusiera peor.

Mi dedo pulgar comenzó a frotar violentamente la piel desnuda de mi muñeca, que no tardó en ponerse roja. No podía evitarlo, cuando me ponía nervioso generalmente mascaba chicle o fumaba, pero ninguna de esas cosas me estaba a la mano, así que sólo me quedaba pasar a lo físico.

George paró de tocar abruptamente para situar sus manos entre las mías, apartándolas lentamente para que no siguiera frotándome, con una mueca preocupada.  Jaló suavemente de mí, para que nuestros ojos se conectaran. No pude mantener la mirada por mucho tiempo, sentía que iba a llorar por la comprensión y dulzura que emanaba la mirada de mi mejor amigo, de mi hermano.

Alternative Roads [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora