Capitulo 2: Escuela de Alfas.

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El rubio despertó de golpe, con la respiración agitada mientras  su helada transpiración recorría su piel de porcelana.

Se había sentido tan real, tan doloroso...

Pero solo había sido una pesadilla... Una horrible pesadilla.

Reviso el reloj que yacía sobre la mesa de noche adyacente a su cama.

Las 3:00 am.

El sol aun estaría descansando por un buen rato antes de asomarse por el horizonte.

Se movió de un lugar a otro sobre su cama mientras apretaba los ojos tratando de conciliar el sueño, mas fue inútil, estaba muy exaltado para volver a dormir.

Las horas parecieron eternas, se levantó a las 5:00 am, una hora en la que le pareció que seria mas o menos creíble que se hubiera despertado él solo.

Se ducho, tomándose la libertad de disfrutar del tranquilizante calor que emitía el vapor de la regadera, tenia tiempo de sobra.

Mientras se bañaba vio por accidente su reflejo en el azulejo.

En el momento sintió asco.

Su piel blanca y aterciopelada, su rostro lleno de finos y delicados rasgos decorados con el tinte carmesí de sus mejillas y el rosado de sus delgados labios, sus  anchas caderas y su complexión naturalmente delgada apenas violada por su torso levemente formado por el ejercicio de años...

Todo de él gritaba: "Omega".

Salio del baño de mala gana, odiaba su rostro, odiaba su cuerpo...

Odiaba ser Omega.

Se vistió como de costumbre, con su ropa de 1 o 2 tallas mas grande de la que debería; La ropa ajustada le molestaba, se pegaba a su cuerpo y delataba su femenina silueta que tanto odiaba.

Después tomo sus supresores los cuales consumía bastante a menudo y que disimulaban su natural olor de omega, estos dañaban de forma considerable su organismo, mas no le importaba en lo mas mínimo, no tenia ningún interés en tener hijos o enlazarse.

Después de este proceso con el cual se sentía "listo" salio de su departamento.

Siempre andaba a pie a todas partes, con el rostro levemente cabizbajo y su cabello tapandole los ojos.

Llego a un gran edificio que a simple vista uno podría decir que era actual, con paredes de cristal y bastante pulcro.

Se adentro al lugar y paso de largo por la recepción, por desgracia conocía ese edificio a la perfección y todos los que ahí trabajaban lo ubicaban.

"Institución No Gubernamental A Favor de la Equidad Para El Omega"

No era el mejor lugar para que un chico pasara toda su vida...

Entro a una de las oficinas que ahí habían.

En cuanto entró pudo escuchar un sujeto en la televisión, hablando.

Era Andrey Nikiforov el presidente de su país, un alfa mayor de físico imponente con una habilidad increíble para manipular.

—Estamos luchando por el derecho de los omegas a un trato justo e igualitario, para ello creamos escuelas mixtas para que todos los sujetos a la sociedad sean preparados por igual...

Una bella mujer joven de ojos cafes y cabellos castaño amarrados en una coleta de aparentes 25 años escuchaba atenta lo que se transmitía en la televisión colocada en la pared de su oficina.

—Que diga lo que quiera— dijo el rubio con leve enojo mientras se recargaba en el margen de la puerta— puede que hagan escuelas mixtas, pero las mejores universidades siguen siendo solo para alfas...

—Yo tampoco creo que le interese la equidad, pero los demás si lo creen y les da esperanza... la esperanza ha mantenido en vida a muchos de los nuestros— dijo con calma la mujer mientras fijaba su atención en el rubio— y acerca de las universidades...

—¿Para que me llamaste, Yuuko?

—Pasa, Yuri, por favor, toma asiento.

El menor obedeció sentándose en la silla frente al escritorio caoba con la castaña observándolo con detenimiento.

Conocía esa oficina de memoria, los certificados y reconocimientos colgados en la pared, la laptop que pese a ser portátil en pocas ocasiones la quitaba de su sitio sobre el escritorio, el folder amarillo con su nombre "Yuri Plisetsky" que curiosamente siempre estaba fuera del fichero y la posesión mas preciada de la omega, una foto en un porta retratos en las cuales se observaban unas pequeñas y adorables trillizas; la mujer era madre soltera.

Desde niño Yuri había tenido la habilidad de leer en los ojos de las personas el como se sienten e hizo lujo de esa habilidad enfocándose en los miel que tenia frente suyo.

Había pasado algo bueno, lo sabia, pese a su semblante serio y profesional, sus ojos brillaban.

—Pedí a mis superiores que te examinaran...

—¿Que me examinaran?

—Exacto, estuviste a prueba todo este tiempo y ni siquiera lo notaste.

—...

El menor no entendía de lo que la otra estaba hablando.

—Querían conocer que tanto potencial tenias y tu intelecto les ha dejado fascinados, eres mas inteligente que la mayoría de los alfas...

—Eso ya lo se, pero ¿A donde va todo esto?

A la mayor de pronto le invadió la emoción y sus ojos brillaron aun mas mientras el expectante rubio le observaba sorprendido esperando la respuesta.

—¡Entraras al Instituto Oficial para Alfas Lideres!

El otro entro en shock.

Eso no podría estar pasando.

Él era un omega y esa era una escuela de alfas, la mejor de todas

Inclusive para los alfas significaba un reto mortal entrar en él.

—¡¿Que!?

Fue lo único que salio de sus labios.

—¡Como oiste!, ¡Seras admitido y seras el primer omega en la historia de esa universidad!

—Pero... No... No se puede...

—¡Claro que si!, ¡Además de eso te darán una beca!...— la emoción de la mujer se disminuyó levemente— aunque deberás cumplir con algunos requisitos...

—Te escucho— El menor trataba de disimular su emoción, se había esforzado mucho con la esperanza de ingresar a una buena universidad y ahora tenia la oportunidad de ir a la mejor de todas.

—Se te aplicara un ultimo examen, el de admisión, si lo pasas estas dentro...— los ojos del rubio brillaron dentro de su serio rostro—... Pero hay algo que debes saber y tal vez no te agradara...

—Prosigue...— al rubio le invadió la preocupación de lo desconocido mientras escuchaba a la castaña.

—Los directivos y maestros estarán enterados de tu situación, pero lamentablemente creen que tu estancia podría causar una mala imagen... Sabes que es una escuela muy cara y que necesitan el dinero de los alfas conservadores que ahí estudian... —la mayor suspiro— tendrás que fingir ser un alfa...

—¿Estas de broma?— el rubio soltó una carcajada sin poder retener más las lágrimas de emoción que ya llenaban sus ojos— ¡Mierda, no habría podido recibir una mejor noticia!

Desde que tenia 6 años en la fundación todos habían tratado de darle autoestima y confianza.

Intentos que el rubio había mandado al carajo.

Aun se negaba a ser un omega.

¿Que podría ser mejor a que le dieran la oportunidad de dejar de serlo?

El joven sonrió orgulloso de si mismo.

Iba a ser fuerte e importante, aun mas que cualquiera de esos asquerosos alfas.

Siempre es mejor ser un alfa (Omegaverse-Otayuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora