Un Nuevo Miembro al clan Volkov

Yulia Volkova

Narrador: los años habían pasado desde aquel 20 de febrero lluvioso la pequeña Yulia ya tenía 5 años, era el momento de iniciar su entrenamiento como era tradición en el clan Volkov a esa edad, su primera lección fue el entrenar su cuerpo pasaba largas horas corriendo y soportando el dolor, sus 3 hermanos mayores eran los responsables de esa actividad la perseguían en un bosque con pistolas de pinball, le disparaban siempre que la tenían en el blanco y ella sin protección recibía los balines de pintura en su cuerpo desprotegido, durante los primeros 3 meses era así una carrera para evitarlos resultándole inútil, pero nadie le decía que más hacer así que solo recibía aquel daño pero se hizo más rápida y ágil en el follaje, luego entendió el patrón de ataque y los eludía casi en su totalidad, todo esto era vigilado por Larissa que tenía cámaras ocultas en casi toda la zona de "juegos", sonrió al ver como su hija de casi 6 años logro evadir a sus hermanos y se colocó de manera estratégica en las ramas de un árbol, este la cubría por completo la mujer pensó que se quedaría allí hasta que el tiempo del entrenamiento pasara, pero su sorpresa fue al ver como con cuidado tomaba una de las enredaderas que colgaban del árbol y hacia una especie de soga, luego ato unas 3 ramas a la enredadera con fuerzas sonrió al ver que era la especie de una espada, vio a su pequeña sonreír de manera maliciosa bajo con cuidado con muchas hojas que les coloco piedras, las envolvió y sujeto con más enredaderas hizo el procedimiento 5 veces más, "se nota confiada" pensó su madre "digna hija de Oleg sin duda" no podía evitar sentirse orgullosa de su pequeña, luego vio que la pequeña rubia se agacho y comenzó a observar el lugar así que reviso los monitores y vio a Iván acercarse a su posición, la vio tomar una roca y arrojarla junto enfrente de ella el chico volteo a su derecha y camino hasta un arbusto, en ese momento la chica salió de detrás del árbol y lo golpeo en la espalda con su "espada" improvisada, el chico cayó al suelo desmayado así que lo tomo de los pies y lo escondió entre esos arbusto lo maniato y le amarro uno de sus guantes a la boca para evitar que hablara.

Yulia: ahora por los otros 2 – dijo sonriendo – eres el que casi no me disparaba al tenerme al tiro así que fui blanda, pero Vlad y Dima ya verán – dijo al salir del escondite.

Narrador: Larissa sonrió y en eso alguien se acercó sigilosamente a ella, la mujer de 33 años de un solo movimiento se dio la vuelta y disparo una pistola de agua mojando al hombre que estaba a su espalda.

Oleg: deberías ir con nosotros a las misiones – dijo riendo.
Larissa: para mi es fácil reconocerte – dijo sonriendo al verlo empapado, el hombre solo sonrió y se sentó junto a ella secándose un poco el rostro con la mano y luego con su camisa.
Oleg: que te tiene tan feliz? – pregunto curioso.
Larissa: míralo tú mismo – dijo sonriendo al voltearse y teclear un poco las imágenes lo impresionaron, vio cómo su pequeña derribaba a su hermano de 9 años y lo maniataba dejándolo oculto entre unos arbusto.
Oleg: no puedo creerlo!!! – dijo incrédulo.
Larissa: creo que se cansó de demorar 3 horas quitándose la pintura y correr unos kilómetros – dijo riendo.
Oleg: pero como pudo hacer algo así? – dijo viendo a su hija moverse ágilmente por el follaje.
Larissa: siempre has dicho que la mejor defensa es el ataque – dijo viendo emocionada los monitores – sin duda es igual de astuta que tú.
Oleg: yo nunca hice eso a su edad – dijo perplejo y más al ver la espada.
Larissa: tenemos una nueva generación de Volkov – dijo feliz.

Narrador: ambos padres siguieron viendo la acción que se desarrollaba en aquel bosque propiedad de los Volkov, la pequeña se escondió detrás de unos árboles mientras veía a Dima mirar su reloj y suspirar ya estaba cansado de buscarla, además que tenía cerca de 1 hora sin saber de Iván solo faltaban 2 horas para concluir el entrenamiento, se sentó en una roca aburrido desde hacía 1 semana le costaba seguir a su hermana, es por eso que solo esperaría a que el tiempo pasara comenzó a disparar su arma contra los árboles y sonreía al atinar en el lugar que quería, la rubia solo sonrió y se acercó silenciosamente tomo una posición alta sobre una roca, apunto y solo lanzo de manera rápida las hojas amarradas con piedras el chico sintió el golpe y cayó en seco, sobándose por el dolor de aquellas rocas que cayeron en su cabeza, la pequeña sonrió y tomo el arma y le apunto con ella.