BLUE.

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[The rain came down

The rain came down

The rain came down on me.]

Tal vez Jonny aún era muy pequeño para saber lo que era el amor, lo miro por primera vez a los 4 años, una vez cuando Colin su hermano mayor había llevado a cenar a una linda niña de cabello castaño, delgada y sonriente; el pequeño niño los había visto darse un beso en los labios e inmediatamente había corrido a los brazos de su madre, exigiéndole una explicación de por qué su hermano buscaba en la boca de aquella chica algo, ella había reído para después explicarle con cuidado que esas cosas las hacían las personas que se amaban mucho, algo propio de los humanos; siempre buscando cariño y felicidad.

—Pero aun eres muy pequeño para amar cariño...

Ahora con 15 años y una vida por delante aquel viejo recuerdo fue nada más que eso, un simple retazo de un pequeño momento de su vida; caminando a la escuela musitaba en voz baja lo que recién había podido estudiar para el examen, así que cuando paso por las canchas sus amigos corrieron hacia el saludándolo y rodeando sus hombros con euforia.

— ¿Listo Jonny? —pregunto uno de los niños, poseía una sonrisa que a diferencia de los demás era aún tierna y comprensiva.

Antes de que Greenwood pudiera decir algo más la campana sonó y Jonny despidiéndose rápidamente corrió a su clase de algebra, impaciente y nervioso ante la mirada de su maestra. Una vez salió a un pequeño receso emprendió un torpe camino hasta un pequeño patio, solía jugar ahí con sus amigos; claro no siempre. Jonny no disfrutaba mucho de los deportes así que solo jugaba cuando era mera diversión cuando los demás niños jugaban por apuestas entonces mejor observaba. Esta vez hubo la pequeña excepción de sentirse abrumado y adormecido, su cerebro demandaba silencio.

No era realmente un marginado, a su edad era lo suficiente "social" para poder entablar una conversación, normalmente las personas eran las que se acercaban a él, poseía la agradable presencia de confianza y ternura para un adulto y ante los de su edad el carisma dulce de la diversión en cosas insignificantes.

Alejándose del bullicio que creaban los niños se adentró al pequeño bosque de la escuela, que consistía en algunos árboles altos y bancas instaladas en la sombra, había silencio y Jonny suspiro el aire fresco del otoño que mecía sus cabellos cortos con parsimonia. Camino midiendo con sus pies el perímetro del lugar; hasta que tranquilamente tomo asiento, era extraño pues no se sentía aburrido sino todo lo contrario, sonrió girando para recargar sus brazos en la pequeña mesa de la banca dio un respingo al encontrarse con un niño que cabizbajo escribía en un cuaderno.

Nunca le había visto, lo dedujo por su apariencia, probablemente era menor la ropa de colores opacos y bajos era señal de ello, Jonny se inclinó tratando de encontrar sentido a los garabatos en el cuaderno gastado.

—Hola. —saludo, sonriendo y deseando que el niño le mirara, sin embargo el pequeño frente a él solo se mantenía en silencio.

—Me llamo Jonathan, bueno Jonny. Todos me llaman así. —extendió su mano por que había visto a su madre saludar así muchas veces, pero el niño parecía inmóvil, como una estatua. Quizá no lo escuchaba...

El niño finalmente lo miro, pero no había señales de poder ver el color de sus ojos; usaba unas gafas oscuras, ligeramente grandes para su pequeña cara pálida. Tomo la mano del azabache con cuidado, como si la examinara antes de mantener un contacto de más de 5 segundos.

Jonny ahora lo miraba extrañado y expectante, los lentes de sol estaban prohibidas, y ni siquiera había sol así que la situación se volvía extraña.

—Thom. —fue su única respuesta antes de volver su vista ante el cuaderno, al azabache le parecía cómico, el pequeño niño frente a él se comportaba como todo un adulto, en los siguientes minutos le miro restregar sus ojos bajo las gafas sin quitarlas, le escucho tararear y suspirar ante el frio y Jonny seguía ahí contemplando encantado cada minúsculo movimiento.

— ¿Puedes dejar de mirarme? Es incómodo.

El azabache asintió apartando su mirada de los dedos del niño, que se movían inquietos sobre el borde de la mesa, pero su curiosidad tan grande como la de un gato le hizo girar encontrándose con su reflejo en aquellas gafas.

— ¿Por qué usas eso? —no dio vueltas a su cuestión, hablo rápido y curioso, señalando sin apuros los lentes que cubrían gran parte en la cara del menor.

—Los necesito. —musito, tomando el borde entre sus regordetes dedos por precaución; pensando en que el niño de cabello oscuro se las quitaría, no era sorpresa que pasara, algunas veces las arrebataban de sus ojos provocando que estos se llenaran de lágrimas al instante u obligarlo a correr entre los pasillos mientras ocultaba su rostro entre sus manos. Las personas no son del todo amables después de todo.

—Sí, pero ¿Por qué?

—La luz me lastima.

— ¿Puedes ver?

—Si...

—Nunca te había visto. —dijo en un susurro, probablemente nunca le había visto por qué jamás ponía atención en las personas que a sus amigos les gustaba molestar o quizá porque ser de unos grados menor.

—Lo sé.

Se sumieron en un cómodo silencio donde tan solo el ruido provocado por la brisa resonaba, el replicar de la campana llego hasta sus oídos y el azabache incorporándose lentamente miro con detalle los movimientos del niño de gafas.

— ¿Te veré luego?

Dando dos largos pasos se interpuso en el camino del más pequeño e inclinándose un poco, en un rápido movimiento tomo la mano del menor estrechándola con gracia. Una casi imperceptible sonrisa se abrió paso en los labios pálidos de Thom.

—Probablemente.

Jonny sonrió alejándose de espaldas haciendo ademanes de despedida, las hojas secas de los árboles se estremecían muriendo bajo sus pies.

Cuando el pelinegro salió del alcance de su vista, Thom se abrazó a si mismo suspirando ante la mención del nombre.

—Jonny...—sonrió mientras caminaba a clases, sus dedos bailaban en un compás mudo.

[The wind blew strong

The summer song

Fades to memory]

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At My Most Beautiful-[Thonny]-Where stories live. Discover now