GYM;《joshler》

19

Consigo algunos minutos de silencio después de la última llamada, me quede parado esperando a que el enojo se fuera pero solo aumentaba, incluso en el silencio. Solo quería poder gritar.

Aprieto mis puños y dientes mientras camino a la puerta, y aunque tomo unos segundos para relajarme, es estúpido por que no lo logro. Solo quiero romper la mano de la persona que está tocando, y solo no lo hago porque la idea de que el director este del otro lado me causa un escalofrío. No puedo perder mi empleo.

Literalmente me muerdo el labio para no gritar cuando abro la puerta.

-¿Profesor? -La voz de Tyler resonó en mi cabeza por unos segundos

Trae puesta una falda blanca bastante arribaz unas calcetas blancas un poco arriba de las rodillas. Su cabello está un poco desacomodado y los labios rojos de tanto morderselos.

En realidad, trae algunas cosas que me gustan sobre personas como él

El labio partido, el ojo ligeramente morado y algunos rasguños en los brazos.

-¿Que quieres? -Pregunto apretando la manija de la puerta

Apesar de disfrutar de su mal estado, no quiero verlo ahora. Nunca.

-¿Puedo hablar con usted? -Pregunta nervioso ante mi actitud

-No.

Quiero cerrar la puerta, pero pone su pie y la mepuja levemente.

-¡Que no!

Abro la puerta casi completamente para que saque su pie y luego la cierro de un golpe, pero él ha sido más rápido, pasando debajo de mi brazo y quedándose adentro.

-¡Larguese ya mismo, Joseph! -Le grito furioso.

Sus ojos se ponen rojos, pero su postura derecha no cambia, casi retandome a que yo lo saque a golpes.

-¿Porqué echó a Jenna? -Casi no abre la boca ya que su labio se estira y lo más probable es que se abra su herida.

-Eso no es de tu incumbencia, niño... Niña... Niño/niña... Como sea -Ruedo los ojos, sería un insulto si tan solo el idiota no quisiera parecer una. Pierde el chiste.

-Ella solo me defendió -Se excusa

-No tengo por que darte explicaciones -Digo abriendo la puerta para que salga- Y ella agredió a una compañera.

-¡Dalas me golpeó y no lo hecho!

Dalas Armstrong

-Fue un accidente, uno que puede pasar durante un partido. Y si no soportas ese accidente será mejor que no estés en el equipo.

Lo tomo con brusquedad del brazos y recuerdo que solo tengo una toalla cubriendo mi cuerpo. Haciendome sentir completamente incómodo, arrastrándolo casi a la salida con demasiada fuerza.

-P-Profesor... -Lo miro caundo está afuera y noto que sus ojos están cristalizados. A la vez que se acaricia la parte del brazo donde "lo lastimé"

-Largate. Black no volverá, y no vuelvas a desobedecerme o la acompañarás fuera del equipo.

-Señor Dun, ¿se encuentra aquí?

La voz del director viene de lejos, pero lo suficientemente fuerte para que Tyler y yo volteemos a buscarlo, aunque no está a la vista

-P-Profesor, a ella le encanta esto. Déjela regresar.

Lo miro y veo que ya ha soltado varias lágrimas, su labio inferior tiembla mientras aún se acaricia el brazo

-Mierda -Susurro

-¿Señor Dun? -La voz del director es más cercana

-Largate -Empujo a Tyler pero este solo se balancea sobre sus pies y regresa a su posición.

-Solo si deja a Jenna seguir participando

-Ni lo sueñes

-Señor Dun -Maldito viejo insistente

Miro al pasillo y veo el pie del viejo, por lo que poco más y ve la escena de Tyler. Lo jalo del brazo y lo meto a la oficina con brusquedad, cerrando la puerta detrás.

-Metete al baño.

-¿Qué? No. Profesor, Jenna...

La puerta detrás mío comienza a abrirse y lo único que mi cuerpo hace es empujar a Tyler hasta que sea cae. Corro a el y lo empujo debajo del escritorio.

-Profesor, Dun, por favor... -Comienza Tyler, pero meto mi mano debajo del escritorio hasta cubrir su boca

En ese instante el director entra y yo tomo la silla para meter mis piernas dentro del escritorio. Nervioso de que vea algo. Para mi suerte el escritorio llega hasta el suelo y no se pueden ver los pies.

-Director -Digo fingiendo una sonrisa

-Señor Dun -Me sonríe y pasa a la oficina- ¿Podemos hablar?

-S-Seguro -Asiento con la cabeza nervioso

-¿No quiere vestirse primero?

Tyler lame mi mano y yo le doy una ligera cachetada debajo del escritorio, si me quito lo verá.

-¿Le incómoda? -Pregunto, aunque a mi me incómoda y asquea más que a nadie más en la habitación.

-Oh, no -Niega y pasa, cerrando la puerta detrás suyo y sentándose en el sillón.