2. Autumn

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La siguiente clase había dado comienzo y Laxus no se percató del cambio hasta pasado un buen rato

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La siguiente clase había dado comienzo y Laxus no se percató del cambio hasta pasado un buen rato. Su vista permanecía fija en las hojas anaranjadas de los árboles de la calle; los estudios no le interesaban. Había repetido un curso, le era indiferente hacerlo de nuevo hasta que se hartasen de recluirlo entre esas cuatro paredes de cemento y le dejaran marcharse. Todos los días transcurrían como clones los unos de los otros. Llegaba, se sentaba durante cinco horas, alteraba un poco el orden para quedarse castigado una hora extra y alargar el tiempo de salida. Finalizaba su jornada académica; empezaba su jornada laboral. Esperaba durante horas en una calle, aclamando la atención de una clientela cada vez más exigente. Se helaba las puntas de los dedos y se le calaba el frío en los huesos. Anochecía. Regresaba a casa. Su abuelo preparaba el trabajo para el día siguiente; su madre buscaba entablar una conversación con él sin éxito. Veía su huesudo rostro romperse antes de marcharse a la cama. Después, Laxus buscaba refugio en la soledad de su cuarto con los ojos clavados en el techo, pasando en vela gran parte de las noches intentado hallar una solución a su complicada situación.

—Señorita Strauss suba a la tarima para exponer su trabajo.

El apellido lo alertó. Mantuvo el rostro de cara a la ventana, pero rodó los ojos hacia la chica. Sostenía unas hojas entre los dedos funcionando como atrezzo, ya que exponía sin necesidad de éstas. Notó un tic en la pierna derecha, la cual movía con cierto nerviosismo. La escuchó con atención:

—El arte de Nina Simone, cuyo nombre real fue Eunice Waymon, está marcado por un fuerte estilo personal. En su trayectoria musical se puede apreciar su evolución como persona. Desde la música clásica que siempre acompañó su particular voz a las canciones de crítica sociopolítica que, si bien visibilizó a través del arte a un colectivo oprimido por la segregación racial, también este nuevo camino terminó por apartarla del estrellato que la había acompañado hasta la fecha. Aquella mujer que una vez dijo que su única meta era convertirse en la primera pianista clásica negra reconocida de EEUU, acabó por convertirse en un icono de la lucha contra el razismo.

—Para eso habla de Martin Luther King y no de una mujer. ¡Feminazi! —un idiota interrumpió el discurso de la albina, ésta le dedicó una gélida mirada cortante cual cuchilla y prosiguió como si nada.

—Como iba diciendo, la obra de Nina Simone no sólo estuvo influenciada por su contexto, sino también por su vida personal. Su marido dirigió su carrera y cierto es que la impulsó hacia la fama... a cambio de sobre explotarla, alejándola de su hija en común y forzándola a hacer bolos cuando no lo deseaba. Podría decirse que Andy Stroud tenía las cualidades necesarias para ser un manager eficiente ya que cumplió con creces su objetivo, pese a que Nina se encontraba en un estado tan peyorativo que se medicaba antes de salir al escenario debido a su depresión. El control que poseía sobre la cantante se incrementó cuando años más tarde Nina confesó haber recibido palizas y violaciones por parte de su esposo, confirmando el temor que sentía hacía él. Algo que el propio Andy admitió en una entrevista mientras dibujaba una sonrisa en sus labios...

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