Narra Jessica
Durante el día me sentí culpable por haber hecho que el maestro se fuera de esa manera. A la hora de la salida caminé hacia la parada del autobús y ahí estaba Fátima. Me acerqué a ella y la saludé.
¿Cómo te fue en el examen de español? –le pregunté.
Bien, todo bien –contesto ella de una manera fría.
¿Pasa algo? –pregunté.
Sí, estoy un poco nerviosa, no sé irme en autobús, mi tío siempre me lleva a casa, porque mis padres viven en otra ciudad. –dijo.
Oh, ya veo. ¿Y cómo se llama tu tío?
Seguro lo conoces, es el maestro de cívica, Park. –contestó.
¿¡Qué!? –dije alterada, pero traté de relajarme para ocultar lo terrible que había hecho– ¿enserio? –pregunté más calmada, como si no me sorprendiera.
Sí, él siempre me lleva a casa, pero no sé porqué razón se fue temprano hoy.
Recordé que tengo que recoger una ropa –contesté esa tontería, ya que no se me ocurrió algo mejor– Pero antes, ¿Dónde vives?
Vivo en la calle Matías. ¿Sabes que autobús me lleva?
Sí, te lleva el autobús número 8 –contesté exaltada y salí corriendo de vuelta a la escuela para preguntar la dirección del maestro, sé que no me lo iban a dar fácil y tuve que decir una excusa muy buena, saqué mi poco talento de actuación para conseguir esa dirección y pregunté llorando y exaltada:
Disculpe, necesito la dirección del profesor Park Jimin, mi padre está muy molesto conmigo porque voy muy mal en cívica y necesita la dirección del maestro para hablar con él directamente.
–la señorita contestó– Muchas chicas han venido con esa misma excusa, ¿por qué no viene directamente a la escuela?
Mi padre es muy especial, y quiere ir directamente a su casa –contesté, llorando aún más– ¡Por favor no quiero ser reprendida, no quiero que mi padre se enojé conmigo! Sólo necesito la dirección.
Okey okey okey, sólo tranquilizate hija –dijo y me entregó un papelito donde venía la dirección.
Salí corriendo hacia la casa del profesor, no tenia muy seguro con que intención iba, sólo sentia el arrepentimiento dentro de mi.
¿Y si lo despidieron por mi culpa? –me pregunté a mi misma, no podía vivir con eso toda mi vida en la escuela, además por mí propia culpa ya no lo vería más.
Seguí la dirección al pie de la letra, y llegué a una casa muy bonita color blanco, me paré frente a la puerta y toque el timbre.Narra Jimin
Escuché que tocaron el timbre, me iba a vestir lo más rápido posible pero la persona era insistente, así que bajé las escaleras con sólo una toalla enredada en la cintura.
¿Quién es? –pregunté con un tono algo alto.
Soy yo, Jessica –se escuchó al otro lado de la puerta.
La sangre se me subió muy rápido a la cabeza. ¿Qué hacía ella aquí? Aún más importante, ¿Cómo se enteró de dónde vivo?, me pregunté a mí mismo. No sé cómo iba a recibirla en este estado, ¡Estaba semidesnudo!
Abrí la puerta, y solamente asomé la cabeza.¿Si? –pregunté– ¿Qué pasa Jessica?
Vine a pedirle disculpas –dijo apenada.
Su respuesta fue algo extraña, ya que no sabía a qué se refería.
¿A qué te refieres? –le pregunté.
Yo... No sé cómo explicar ésto –dijo.
Me quedé aún más extrañado, estaba muriendo de frío, no sabía qué hacer.
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Sueños prohibidos
FanfictionJessica, una chica amable, carismática e inconciente de las percepciones de las personas hacia el mundo. Una persona de mente limpia, hasta el día en el que entró a la escuela superior, desde ahí todo cambiaría.