-Estoy más cansada que el abuelo -resoplo, cerrando la puerta tras de mi antes de lanzarme al sofá.
Una vez comenté que me metería a un taller de danza árabe en el colegio además de la clase de teatro, que por cierto, ya estamos haciendo el montaje. Los de escenografía llevan más de la mitad al igual de lo que llevo yo de aprendido el diálogo. Si es posible, en dos meses presentaremos al colegio..., y sí, mis papitos vendrán.
Volviendo a lo de la danza, acabo de llegar a casa de una hora de duro entrenamiento con el movimiento de caderas debido a que la profesora nos está enseñando la "danza del vientre".
Cansa..., cansa..., y cansa...
No recordaba que fuera tan duro, hasta que ingresé.Me quito las zapatillas lanzándola a donde no pueda verlas mientras observo el techo de la sala. Jack salió con su padre a una casa que tienen en el campo durante el fin de semana, por lo que hoy no llegó a clases. Después de todo, mi novio, el señorito inteligente de toda la clase, no es muy responsable en cumplir el venir todos los días al instituto.
Así que sí, fue un día aburrido...
-¡Voy! -exclamo al oír el timbre, suspiro con pesadumbre.
¿Qué hace aquí?
Al abrir la puerta, mi ceño se frunce como mi enfado aumenta. Ahí está la mujer que me abandonó, Natalie, con su cabello platinado amarrado en una coleta alta, jeans y blusa rosa de mangas largas. Por supuesto, unas zapatillas deportivas no iban mal.
Cuando me disponía a cerrar la puerta, coloca su pie y mano haciendo fuerza contra esta:-Escúchame, por favor -decía-. Sé que quieres oír la verdad.
-¡¿Otra vez?! -exclamo-. ¡La única verdad es que usted me abandono!
-¡No, Elsa!
-¡Ya váyase o llamo a la policía! -dije-, ¡no te puedes acercar a nosotros!
-¡Lo sé, pero escúchame. Te prometo que luego te dejo en paz!
...¿Enserio?
-Sé que no sabes nada ni el porqué te dejé -cierro los ojos por un momento-. Se escucha horrible, y lo es, por eso quiero que sepas todo..., absolutamente todo.
No dije nada. Lo pensé por un momento antes de abrir la puerta. Es cierto que no sé porqué me abandonó, y quizás no sería tan malo descubrir la razón. Después de todo, ella dijo que me dejaría en paz luego..., ¿no?.
Guardé las llaves y mi celular en la chaqueta que agarré antes de salir de casa. Caminé en silencio al lado de Natalie hasta que llegamos a una cafetería cerca de casa, mejor así, podría salir corriendo en caso de cualquier cosa.
-Am..., ¿quieres algo? -preguntó una vez tomar asiento en una de las mesas-. ¿Capuchino..., café...?
-Capuchino con vainilla -dije derrochando cierto tono seco-. Nada más.
Asintió, y fue a pedirlo a la caja. Cinco minutos después, regresó con los pedidos. Me entregó mi vaso con tapa estilo Starbucks con el cual venía mi capuchino, y tomó asiento en frente de mi. Ahora que la miro bien..., ella es casi igual a mi. A excepción de sus ojos, que son de un castaño oscuro que contrastan con el rubio platinado del cabello.
-Supongo que debo hacer preguntas, ¿cierto? -interrumpí el silencio incómodo entre ambas.
-No... -negó agachando levemente la cabeza- Es que no sé por donde comenzar.
-Por el principio estaría bien.
-Bien... -suspiró-, sería dieciseis..., digo, casi diecisiete años atrás.
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Loca por el Nerd ||Jelsa||
FanfictionNueva vida, nuevos amigos... Soy algo distraída y jamás me he enamorado o siquiera le alguien me ha gustado.... O era antes de conocerlo a él. No quería mudarme, pero ahora... No pienso regresar. ¿Qué me has hecho?