Gente nueva

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Ante la gran puerta de roble de la habitación Sofía piensa que hacer, si entrar o no, su madre le ha dicho que si ve un lazo rojo colgando del pomo no entre y ese trozo de raso está ahí, bien atado.

Son las tres de la tarde y acaba de llegar del colegio, agotada y con hambre se dirige a la cocina, la dueña de la casa, una mujer mayor que se comporta como una madre está comiendo tranquilamente.

-¡Carol!- exclama Sofía. Contenta y sonriente se acerca a abrazarla.

-¡Mi niña!- abraza a la joven y la pregunta- ¿qué tal las clases? Estarás cansada ¿Tienes hambre? Tu hermano está en el salón, como siempre se fue con sus amigos antes de que llegaras a recogerle, estos niños de hoy en día son tan independientes... cuando yo era niña es comprensible, no había tantos peligros pero ahora no dejaría solo a mi hijo ni un momento con tanto coche corriendo por las calles.- la mujer ríe y la ofrece un plato de sopa de verduras casera. -No sabes el gusto que me da teneros en casa, me sentía tan sola tras fallecer Carlos... aunque siento que tengáis que dormir los cinco en el mismo cuarto.

-¿Cinco? Carol somos tres, mi madre, mi hermano y yo.

-¿Cómo? ¿No te enteraste? El novio de la Sarita y su hijo se han mudado aquí. No se porqué no te lo dijo, no se acordaría seguramente. Pues sí, tu madre les ha invitado a venir tras la inundación de su casa, cuando la arreglen volverán allí.

-¿Si? ¡Genial! Más gente que conocer- lo dice alegremente -Y... ¿cuándo vienen?

-Oh, ya están aquí, tu hermano está con el muchacho, tiene muy buena planta aunque es algo raro, no le gusta que le toquen- ríe divertida.

-Voy a conocerle, gracias por la sopa Carol, estaba deliciosa.

La mujer la mira con ternura, dicho esto, la alegre e infantil chica va a el salón, ve a su nuevo compañero y corre a abrazarlo pero su hermano menor, se interpone empujándola al suelo con furia y celos.

-¿Samu? ¿Por qué has hecho eso?- se levanta y le estrecha entre sus brazos -¿Un mal día?- le dice preocupada.

-Sí, Ángel me ha copiado en el examen y me han puesto un cero por su culpa.- dice escondiéndose en el reconfortante hombro de Sofía.

-Tranquilo, díselo a Mima que seguro que mañana habla con tu profesor y lo soluciona ya sabes que siempre la hacen caso, es muy persuasiva.- le mira y sonríe dulcemente.

-Si, tienes razón, es lo único que hace bien.- se acurruca y la abraza fuertemente.

-No te enfades carapan.- Riendo le planta un beso en la mejilla y le acaricia la cabeza. -Samu, eres un pequeño cascarrabias. Por cierto, ¿cómo te llamas?- dice mirando al chico con el que estaba su hermano -Eres el hijo del novio de Sara ¿no?

-Sí, soy Lucas. Y tú, ¿quién eres?- dice secamente.

-Soy la hija de Sara, Sofía. Oye y, ¿qué te gusta? ¿Tienes pareja? ¿sabes quién es...

-Cállate, mi perro me importa más que tú, y no tengo perro.- la corta antes de que pueda terminar la pregunta.

-No quería molestarte, pero si quiero darte la bienvenida.

Tras esto aparta a su hermano y se acerca para darle la bienvenida con como no un caluroso abrazo pero él se aparta antes de que le toque.

-¡Ni me roces!

-Va...vale...- el habla entrecortada de la chica hace que el muchacho se ponga nervioso, e incómodo se marcha a la sala seguido de un enfadado Samuel.

-No hables así a mi hermama, no te ha hecho nada, no la puedes tratar de esa manera.

-Cállate mocoso estúpido agradece que no he tocado a tu hermana, y mucho menos como lo has hecho tú.

-No me digas como puedo o no tratarla, ¡es mi hermana! Pero no es nada tuyo así que no te dirijas a ella.

-Niñato llorica no me amenaces.- ofuscado se dispone a abrir la puerta de la habitación.

-¡Lucas! hay un lazo rojo en la puerta, no puede entrar nadie.

-Que tontería.

Receloso hace caso al pequeño y tras oír un estruendo vuelven al salón para toparse con una Sofía inconsciente tirada en el suelo y cubierta de libros, sin haber pasado si quiera dos minutos desde la salida de los chicos.

Samuel corre a socorrer a su hermama a quien, por lo visto, se le ha caído encima la estantería.
Con la ayuda de Lucas coloca el mueble en su sitio.

Rápidamente entraron en la sala Carol, Sara y el padre de Lucas.

-Es idiota, mira que no darse cuenta de que se caía algo tan grande.- dice su madre mirando la escena.

-Sara, muestra algo de compasión.- dice Rafael, su novio.

-Pero es cierto, podría haberse apartado.

-Sarita tranquila, lo importante es que no la ha pasado nada.- dijo Carol.

-¿Cómo que no? ¡No se mueve! ¡Despierta sor!- dijo Samuel zarandeando a su hermana.

Rafael se acerca a la joven, aparta a Samuel y la lleva en brazos a la habitación, la mete en la cama y vuelve con los otros a recoger el desastre mientras el niño va donde su hermana, se sienta y se queda allí hasta que Lucas entra horas después con un saco de dormir en la habitación.

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Espero que os guste, podéis decirme que opinión tenéis ya sean positivas o negativas siempre que sea con respeto, adoro las críticas constructivas ya que me ayudan a mejorar.

Si hay algo que no se entienda o queráis proponer algo yo estaré encantada de explicarlo.

Intentaré subir capítulos cada uno o dos días.

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