Conducta

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Mientras tanto en la habitación los jóvenes se preparan para ir a dormir, es pronto pero el día ha sido largo y han tenido muchas emociones.

-Esto, Lucas, ¿vas a dormir en el suelo?

-Sí, sor, el quiere.

-Cállate mocoso. Sofía, hay dos camas, en una duermen mi padre y vuestra madre y en la otra tu y tu hermano. Si la cama fuera grande igual compartiría mi descanso con alguno pero como no es el caso lo haré solo.

-Bueno, donde caben dos caben tres.

-Sor, ha dicho que no, no seas plasta.

-Vale, yo sólo preguntaba.

-Mi hijo es muy suyo, de pequeño no compartía cama con nadie ni siquiera con sus padres- lo dice riendo -y hasta ahora ha sido así.

Tras esta conversación Lucas se mete dentro del saco al lado de la cama de Sofía y Samuel.

-Ahí corres peligro de que alguien te caiga encima- dice el niño mirando a su hermana "disimuladamente".

-¡Samu! Eso fue porque me tiraste al suelo.- dice Sofía justificando una caída previa       -Tiene el sueño muy activo e inquieto, empieza a moverse y dar patadas, es el peor compañero para dormir.-aclara riendo.

-Vale. No me importaba la verdad.

-¡Ay! Que hijo más seco que tengo.

La puerta se abre lentamente y Sara entra abatida a lo que Rafael responde levantándose de un salto de la cama y abrazándola le da un breve beso en los labios, la conduce a la cama y la pone una manta sobre los hombros.

-¿Qué sucede linda?

-Albert reclama la custodia completa y con ello la patria potestad, no sólo quiere apartarlos de mi lado sino también que no pueda tener nada que ver con ellos- dice Sara con cara de odio y repulsión.

-¿Papá vuelve?

-Sor, ese no es nada nuestro, tu apenas le viste en esos seis años y él sólo estuvo conmigo un año, ni siquiera.

-Bien dicho Samuel, por lo menos uno de mis hijos razona.

Sofía sale del cuarto llorando, no soporta querer a alguien a la que la gente no puede ni ver.
Se siente un bicho raro al que nadie comprende y al que todos quieren aplastar.

-¿Por qué te vas? ¿Por qué te vas? ¿Por qué te vas?- es lo que piensa Lucas sin poder evitar el tararear de la canción de Jinete.

-Mi hermana es tonta, se cree que él la quiere pero no es así, si así fuera no nos habría abandonado.

-Si no confiara en todos esto sería más fácil.-Suspira la mujer.

-¡Yo no iré con él!- Grita Samuel.

-Ni tú ni Sofi.La semana que viene vendrá un asistente social, contesta a lo que te pregunte y no volverás con Albert- al decir esto Samuel corre donde su hermana.

-Linda, viviendo aquí, en una habitación, de alquiler y en estas condiciones no acabará bien, teniendo el cargo de abandono de hogar y esto, lo más probable es que el Estado acabe haciéndose cargo de los dos.

-¡No me quitarán a mis hijos!

-No lo harán, sólo demuestra que estás en condiciones de cuidar a dos menores.

-¿Cómo?

-Lo tienes fácil, tienes un consumo responsable del alcohol, estabilidad mental y pareja estable, solo te falta un trabajo en condiciones y un hogar sano.

-No es tan fácil, encontrar trabajo es sencillo pero uno bueno...

-¿Por qué no venís a casa?- dice Lucas.

-Es una buena idea hijo. ¿Qué dices linda?

-Sí, claro, si no estuviera inundada.

-No te alteres, la arreglamos y si no está a tiempo hay una buena razón para estar aquí, sería algo así: Tras las inundaciones de hace un par de semanas Sara propuso pasar en la casa de Carolina hasta que pudiésemos volver a nuestra vivienda.

-Sí, vale, me parece bien. ¿Estáis seguros?

Ambos Martos responden que sí a la pregunta de Sara y Lucas sale a buscar a los hermanos.

Los encuentra en el pasillo discutiendo acaloradamente, bueno, eso es lo que parece pero cada uno está por su lado, Sofía está sentada apoyada en la pared y cantando una canción de cuna muy tranquila mientras que Samuel no para de chillar, despotricando sobre su padre.

Lucas se agacha al lado de la chica y le pide que vuelva a la cama, ella le hace caso y Lucas se acerca a Samuel.

-¿Puedes parar de gritar?

-¡No! ¡Tú no sabes nada!

-Sé lo que sé, vuestro padre os abandonó y ahora te sientes solo, no es motivo suficiente para despertar a un vecindario, ve a dormir.

Lis chicos vuelven y todos comienzan su descanso.

A la mañana siguiente empieza a sonar un despertador muy molesto y Lucas se levanta, ve que Sofía no se despierta y como 'buena persona" que es le tira un vaso de agua encima, a lo que la chica abre los ojos con una mirada que Lucas jamás habría imaginado ver en una persona como Sofía, (saltemos conversaciones malsonantes) queda claro tras el sopapo que le soltó al chico que se despierta de malas pulgas y que lo último que quiere es que la molesten, pero el joven no sé quedó callado ni quieto, no, la tiró de la cama y la puso en su hombro bocabajo saliendo de la habitación mientras Samuel peleaba con un dragón imaginario pateando la cama, girando la cabeza en la almohada y tirando de las sábanas,

-Si que tienes un mal despertar- susurró Lucas mientras salían del cuarto.

-¡Suéltame!

-Sí, claro- dice irónicamente -cuando nos conocimos te dije que no quería que nadie me tocara.

-Pues no haberme despertado.

Siguieron un rato discutiendo sobre quien tenía la culpa del malhumor de Sofía a quien Lucas no soltó ni desayunando, la pobre tuvo que desayunar bocabajo por no hablar de Carolina que les miraba con una expresión como diciendo ¿qué narices? Cuando terminaron volvieron a por la ropa que estaba en la habitación y por el escándalo de la calle todos se asomaron a la ventana.

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Siento haber tardado, a veces las mujeres necesitan un poquito, un poquito, un poquito de relax...

Espero les guste.

Juego de lucesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora