Después de los incendios del hospital, del campo de Acosta Ñu y de Asunción (finales de la Guerra de la Triple Alianza), Daniel tuvo pirofobia por mucho tiempo, le era difícil estar cerca del fuego por más pequeñita que fuera. Durante esa época prefería estar en la total oscuridad que usar fuego.
En su afán de salir de eso, se volvió incendiario. Le encanta todo lo referente al fuego. San Juan, pirotecnia, prender el asado o incendiar el Congreso.
