Dice no saber algo, que se la sabe muy bien, porque simplemente no quiere hacerlo, por no querer equivocarse o por algún motivo no quiere entenderlo. O no quiere ver algo que está a simple vista.
Podrás explicarle hasta con dibujitos algo y él, con una suave sonrisa, te va a decir que no entiende.
Cuando en realidad está ingeniando una manera rápida de salir del asunto, o se carcajea para sus adentros por décima vez por la cara de idiota que pones tratando de explicar algo que, probablemente, él se la sabe de todas las formas y maneras. Esto suele verse como inocencia o ingenuidad. O como idiotez o ignorancia.