Odiaba sus cicatrices, siempre le recordaban lo débil que fue al perder una guerra. Una de las razones por la que no cicatrizaban era porque él mismo se las tocaba, autolesionandose tratando de opacar el dolor emocional. Trató de borrarlas quemándose con el sol, cuando trabajaba en la chacra (granja, rancho) andando sin remera todo el día, pero nunca pudo. Siempre las oculta.
