Capítulo I

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Bueno aquí está el primer capítulo. Debo decir que me emocioné bastante al escribirlo y es el más largo de todos XD (tiene mínimo 6000 palabras)

Las gaviotas surcaban el cielo, abriéndose paso entre las nubes y volando cerca de los delfines saltarines del mar. Un majestuoso barco surgió entonces de entre la densa niebla marina, ahuyentando a las criaturas y surcando las olas con elegancia. Los tripulantes de la embarcación recogieron las redes de pesca que antes habían lanzado a las agitadas aguas y las fueron dejando sobre la cubierta. Los peces saltaban en el interior tratando de conseguir algo de agua.

Un joven de rubios cabellos observaba el extenso mar desde la proa en compañía de su fiel mascota.

- Qué vista tan espléndida. Es un día maravilloso para estar en el mar, ¿verdad? – habló aquel joven con una media sonrisa mientras se giraba hacia su consejero y amigo.

- Desde luego, Shizuo – respondió el hombre de tez morena antes de doblarse sobre la madera para vomitar.

Uno de los marineros agarró con fuerza una cuerda y tiró de ella para izar las velas. Shizuo se acercó a ayudarle en cuanto vio que aquel trabajo se le dificultaba al hombre.

- El viento fuerte y la mar tranquila. El rey Shiki debe estar de muy buen humor – comentó el marinero sin dejar de tirar de la cuerda.

- ¿El rey Shiki? – preguntó Shizuo, visiblemente confundido. Era la primera vez que escuchaba ese nombre.

- Es el soberano del reino de las sirenas – respondió un viejo marinero que sacaba los peces de las redes cerca de ellos – Los marineros de verdad conocen su nombre.

- Sirenas... – suspiró el consejero una vez que consiguió que se le pasara el mareo – Shizuo, no hagas caso de esos disparates.

- ¡No son disparates! ¡Es la verdad! – gritó el marinero, amenazando al hombre con uno de los peces.

El joven príncipe se arrodilló frente a su lanudo perro y le acarició la cabeza mientras observaba la extraña discusión sin inmutarse. El marinero se acercaba cada vez más al consejero, pez en mano, y este retrocedía en cada ocasión.

- Viven lejos de la superficie, en una ciudad como nunca...

La espalda del hombre chocó con el barco, sobresaltando al marinero, que dejó caer el pez sobre la cara del consejero. El animal rebotó y se precipitó de vuelta al mar. Una vez que su cuerpo hizo contacto con la fría agua se sintió revivir y suspiró de alivio al verse libre de las garras de los humanos. Comenzó a nadar entonces de vuelta a las profundidades, sorteando verdes algas que se movían con la corriente marina y pasando cerca de hermosos arrecifes de coral. El pequeño pez continuó nadando y dejando atrás a otras criaturas, como medusas o ballenas, hasta que se encontró con los seres anteriormente mencionados por el viejo marinero: sirenas.

Todas ellas, sin excepción, se dirigían al mismo lugar. Un hermoso palacio dorado situado en lo más profundo del mar, donde estaba a punto de celebrarse un concierto después de muchos años. Mientras las sirenas y tritones recién llegados escogían sitio en las gradas, un grupo de peces imitó el sonido de las trompetas para dar inicio a la celebración. Un pequeño caballito de mar hizo su aparición y, tras aclararse la voz, presentó a la figura más importante del lugar:

- Su alteza real, el rey Shiki.

Una enorme concha blanca y reluciente, tirada por tres delfines, surgió de entre los dorados pilares del palacio. Dentro de ella se encontraba el rey, sosteniendo en alto su poderoso tridente. Los aplausos no se hicieron esperar. El carruaje marino dio una vuelta a toda la sala y Shiki blandió su tridente para iluminar con su magia el techo de la estancia.

Ojos de espuma (Shizaya Chronicles I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora