Capítulo Final #1

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Cosa importante. La historia en principio no iba a tener lemon. De hecho no va a tenerlo. Pero estoy barajando posibilidades de hacer un extra, probablemente de la noche de bodas 7v7. O tal vez se me ocurra una escena Shizuo x Izaya tritón...

Izaya suspiraba frustrado. No había podido hacer nada por impedir que la boda no se celebrase o, en su defecto, que se retrasara. El joven se reclinó en el banco en el que estaba sentado mientras era observado por Kadota, que reposaba en su hombro, y Celty, que flotaba detrás de ellos. Shizuo, de alguna forma que no entendía, le había invitado a su boda con su "salvadora". Lo más probable fuera que, en algún lugar dentro de su mente, aún recordara a Izaya. Si aquello era cierto, entonces significaba que había posibilidades de deshacerse del encantamiento de Namie.

El tritón jugueteó con un pequeño objeto entre sus dedos: una escama. La misma que Shizuo se había encontrado aquel día en la playa y que había conservado. Eso le alegraba y le daba esperanza. La volvió a guardar en el bolsillo de su pantalón y le agradeció mentalmente de nuevo a Celty por haberla rescatado de las profundidades marinas.

Con fuerzas renovadas, se levantó del banco y agarró su bastón. Aún le quedaba tiempo antes de que empezase la ceremonia y un par de horas para que el día terminara. Ambos novios estarían en sus respectivos camarotes, ultimando los detalles en sus trajes. Si quería acabar con todo eso rápido, lo mejor sería colarse discretamente en el camarote de Shizuo. Y eso hizo.

Kadota se encargó de guiarle por la cubierta. El cangrejo trepó al hombro de su príncipe y espió por él por la primera ventana que encontraron. Por suerte, ese era el camarote del joven rubio. Izaya tanteó por la madera hasta dar con el pomo y se coló hábilmente.

Shizuo no se giró a mirarle. Ni siquiera parecía haber notado su presencia. Sus ojos, completamente vacíos, observaban un punto fijo en la pared. O más bien allí era dónde estaban anclados, pues ya no era dueño de su voluntad. Kadota agradeció que Izaya estuviera ciego. Aunque el tritón no lo aceptaría, sabía que se hubiese hundido junto a él al verle de esa triste forma.

- Shizu-chan – susurró.

Llamándole de esa forma conseguía hacerle reaccionar un poco, ya lo había comprobado anteriormente. Los dedos del rubio se cerraron sobre la tela de su pantalón y sus hombros temblaron levemente. Kadota le animó a acercarse más e Izaya se arrodilló frente a él. Tomó una de sus manos y le abrió los dedos con delicadeza. Depositó sobre su palma la brillante escama carmesí.

- Hey, Shizu-chan, ¿sabes qué es esto? ¿Lo recuerdas?

Shizuo despegó sus ojos de la pared y observó la escama que descansaba en su palma. Su ceño se frunció por un momento. Parecía que se esforzaba por luchar contra el control de la bruja y rescatar de entre sus recuerdos aquel rojizo color. El brillo en sus ojos volvió significativamente, pero no fue suficiente para escapar de la neblina que rodeaba su mente.

Izaya llevó sus manos al rostro de Shizuo y acarició su piel con la yema de los dedos. Le sintió estremecerse bajo su toque. Frente, sienes, mejillas, mentón. Recorrió su rostro suavemente y después enterró sus dedos en su cabello. Le tomó de la nuca y se acercó a él. Juntó sus labios en un cálido beso mientras dejaba reposar sus brazos alrededor de su cuello. Shizuo se tensó por completo al sentir el delicado roce, pero cerró los ojos con fuerza, dejándose hacer. La escama resbaló de entre sus dedos y, sin saber muy bien lo que hacía, acercó su mano a la cintura del otro chico.

Una débil luz dorada iluminó los párpados cerrados de Izaya mientras ambos, finalmente, se dejaban llevar en ese beso. Cuando el joven moreno abrió los ojos y se encontró con el rostro de Shizuo, el impulso de reír y gritar a los cuatro vientos que había recuperado la vista le llenó por completo. Sin embargo, se contuvo justo a tiempo, pues nadie debía saber que él estaba en el camarote del príncipe. En su lugar, se volvió a acercar a los labios de Shizuo y, mirándole fijamente a los ojos y sin llegar a rozar su boca con la suya, le susurró:

Ojos de espuma (Shizaya Chronicles I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora