Capítulo 27

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Cocoon

~Paraíso Unipersonal~

-Capítulo 27-



Disclaimer: Los personajes son propiedad de sus respectivos autores. No busco una ganancia comercial al usarlos, si no satisfacer un fin meramente ocioso.



—U-ugh...

Gruñó.

Gruñó con odio y tragó fuerte, la saliva deslizándosele por el esófago cual espeso jarabe amargo.

Pero era sencillamente inevitable para ella y las manos le temblaban de rabia, sin lograr controlarlas. Sus pupilas tampoco le hacían demasiado caso y se sacudían en varias direcciones, enroscándose en sus frustraciones...

—U-ugh... Qué desagradecidos... — logró balbucear con dificultad, la ira terminando de invadirla por completo. —Yo...

Al instante reprimió un grito.

—Y-yo que me preocupo por ellos, ¿y así me pagan...?

Una gran cantidad de sucio aire fue expedido forzosamente de entre los labios de la joven y de a poco su despacho terminó siendo invadido por el amargo aroma de la nicotina. Saori inspiró otra vez de aquel cigarro y al final aprisionó la colilla entre sus dientes, ahora dejando que el humo se le escape lentamente por la comisura de los labios. Los ardientes remanentes cayeron sobre su escritorio y enseguida escupió lo que quedaba, sus cejas contraídas entre sí, las arrugas de la frente marcándose en una clara señal del daño que dicho placer estaba trayendo a su piel.

—Ahh... Qué irónico.

Apagó aquella colilla de un seco golpe de puño contra el mármol. Un precioso destello dorado brotó por debajo de su mano y al instante una rajadura se dejó ver a lo largo de la estructura. Saori entornó la cabeza, su oreja casi llegando a rozar uno de sus hombros, la respiración comenzando a agitársele cada vez más... Estaba llegando a un límite.

No quería pensarlo.

No quería pensar en que, quizás, el criterio de selección no había sido correcto... No fue hasta esos últimos días en que se le pasó por la cabeza el muy improbable pensamiento de que quizás se hubiese equivocado, porque eso era algo que le pasaba a la gente estúpida y ella misma distaba de serlo así que tampoco quería asumirlo... Cometer errores no era algo que le sucediese, no era una conducta propia de una mujer que contaba con absolutamente todo lo que quisiese a su disposición: Saori tenía poder y demasiado dinero, y sabía que con eso no había persona u objeto que se le resistiese.

Pero ahora estaba siendo diferente y la única que le había dado alguna satisfacción era Nanako... ¿y las otras dos qué diablos estaban haciendo...? Lo que la enfurecía no era solamente eso, sino que en su emoción por la llegada de Corinne había terminado por subestimar la dureza de Afrodita. Está bien, era cierto que jamás se molestó en interactuar demasiado con sus propios sirvientes, pero ella era su Diosa, ellos tenían que obedecer a su palabra y supuso que con un poco de sugestiva vejación lograría ablandarlo... Después de todo, en esta época de paz y tranquilidad, ¿quién podía ser tan estúpido como para seguir dedicando su vida a una tradición tan antigua como "proteger a Atena"? Claramente tenían que ser personas con una muy alta veta masoquista, caso contrario era de plano imbécil hacer algo así. Sin embargo, sus acciones causaron un refuerzo en el orgullo de aquel protector del templo de Piscis y estuvo un buen tiempo hasta que permitió que Corinne entrase a la casa, aunque eso tampoco fue por voluntad propia si no gracias a la intervención de Cáncer... ¿Quizás debía darle una recompensa por su buena acción?

Cocoon -Paraíso Unipersonal- (Saint Seiya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora