Naegiri- Compañeros de trabajo, Supervivientes y tal vez algo más...

Primer caso y un día más con ella

Bueno, creo que es obvio pero , empecemos por el principio... Era un día como cualquier otro en la ciudad, frío y ruidoso entre el bullicio en las calles y la cantidad tan grande de autos y personas siguiendo una ruta la cual era un misterio para todos los demás dada la individualidad de todos los ciudadanos y me preparaba para ir al trabajo, el cual comenzaba este mismo día,  junto con Kirigiri. Ella se había vuelto una de mis mejores amigas a pesar del poco tiempo que llevábamos de conocernos y por el azar del destino habíamos empezado con el mismo trabajo en la comisaria de policía de la zona, misma en la que después de salir de aquel juego de vida o muerte controlado por Junko Enoshima, la desesperación definitiva, terminamos siendo ayudados todos aquellos que sobrevivimos. Al terminar de recibir ayuda profesional para poder apoyarnos a superar los traumas que habíamos conseguido, todos nos separamos un tiempo pero sin perder el contacto para poder continuar con nuestras vidas, y en cuanto respecta a mí y a Kirigiri, logramos volvernos detectives con un poco de estudios y práctica para poder ganarnos la vida de alguna forma tras tanto tiempo malgastado.

Al llegar al trabajo,algo cansado ante la larga caminata que normalmente tenía que hacer, me encontré a mí compañera Kyoko Kirigiri sentada en el escritorio de nuestra oficina, tecleando rápidamente en la computadora estática que teníamos con la velocidad normal que ella tenia de hacerlo, por completo fría y calculadora, la cual vimos la primera vez que ella se puso a usar un portátil, en ese caso con Alter Ego.

Hola Kirigiri, buenos días -exclame cansado pero aún bastante feliz de verla una vez más, fuese como fuese y a pesar de que ahora era en el trabajo, y poniéndome a su lado para dejar mi saco un momento en el respaldo de mi silla, voltee a mirarla un poco después y me mantuve un poco a la distancia.-

¿Que tal Naegi? -dijo Kirigiri sonriendo un poco, pero sin quitar la mirada de la computadora y tecleando sin parar como si se tratase de algún tipo de programación de alto calibre lo que estaba haciendo. El trabajo era importante más aún así yo también le importaba lo necesario para que se me contestase.-

Me acerqué a lo que estaba en la pantalla moviendo levemente mi silla y noté que eran un montón de códigos y algoritmos que justo como creí eran de bastante alto nivel, tanto que aunque llegaba a entender algo todo lo demás se escapaba de mi comprensión, así que por curiosidad le pregunté para que le iban a servir, posiblemente solo intentaba crear un programa de detección de pruebas, un escaner o algo más, pero aún así, quería saberlo.-

Oye Kirigiri, ¿Que haces en la computadora? Me suena a que programas algo más aun no sé de que se podría tratar -mirando a la pantalla aún con la misma cantidad de curiosidad antes, incluso más, y acercándome levemente mientras que me sostenía del respaldo de la silla de mi compañera para poder inclinarme hacia allí.-

Trato de recuperar a Alter Ego, Para poder continuar con su deseo de ayudar... No podemos perder de vista a quienes nos dejaron en el camino de ese coliseo académica... -dijo Kirigiri muy ligeramente decaída pero aún seria y tecleando de la misma forma que hace un momento.-

Al mencionar eso recordé de repente y de manera casi instantánea a todos mis amigos que perdí en el horrible juego de Monokuma y de todas las cosas que nos trajeron hasta aquí. En verdad fue algo duro, de los 15 alumnos a los que habían encerrado ahí, los cuales posiblemente tenían enormes posibilidades de llegar a ser importantes personas en el mundo únicamente salieron 6. Tantas vidas desperdiciadas, ese sí es el Acto más Terrible, Desagradable y Grotesco de la Historia de la Humanidad.

Confío en que lograras hacerlo sin problemas, eres la mejor en esto de las computadoras y la investigación -aunque un poco triste se lo dije sonriendo-

Es normal viniendo de el "Estudiante Esperanza Definitivo", pero aun así, gracias por la confianza en mí... - me decía Kirigiri sonriéndome y dándome un beso en la mejilla-