¿Suertudo?, Vaya broma...

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Una vez dije aquellas míseras palabras dentro de mi cabeza, la suerte me jugó una muy mala pasada ese día, tanto así, que me dejó a mi y a Kirigiri marcados tanto físicamente como mentalmente de por vida. Se oyó un fuerte ruido en el interior de la bodega y apenas entré con mucha preocupación y con mi pistola desenfundada en mis manos, me encontré con un chico con una mascara que cubría toda su cabeza y que tenia la forma de la cabeza de una de mis peores pesadillas... Monokuma...

 Y peor aun , tenia a Kirigiri de espalda completamente pegada a el, inmovilizada, con un cuchillo muy cerca de su cuello y haciéndole un pequeño daño y con sangre cayendo de su pierna desde el muslo hasta el suelo haciendo un muy estresante y pre...

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 Y peor aun , tenia a Kirigiri de espalda completamente pegada a el, inmovilizada, con un cuchillo muy cerca de su cuello y haciéndole un pequeño daño y con sangre cayendo de su pierna desde el muslo hasta el suelo haciendo un muy estresante y preocupante sonido de goteo en el suelo y dejando un pequeño charco. Mi miedo y sorpresa fue tanta que casi caigo de espalda, pero afortunadamente logré ponerme en una posición favorable para que no cayera, seguía muy asustado pero con una determinación y preocupación por Kirigiri muy grande logré gesticular algunas palabras:

!!!D-deja a Kirigiri¡¡¡ - muy tembloroso pero tratando de no perder la compostura ante el y apuntándole con el arma cargada-

- aquel desconocido hombre, con la misma voz de Monokuma y mirándome directamente mientras dejaba inmovilizada a Kirigiri con el cuchillo que había acomodado en su cuello a unos cuantos centímetros de cortarla y asesinarla- Alto ahí, ¿Acaso quieres que tu pequeña amiguita muera aquí?... Upupupu....

- tratando de no desesperarme en vano y con mucha preocupación- No, esta bien..., pero no le hagas nada a ella... -soltando mi arma y quedándome arrodillado en el suelo junto con mis manos en la nuca-

Que tonto eres, Naegi... Upupupu... - dijo el chico golpeándome con una vara de metal muy larga y pesada dejándome casi inconsciente y llevándose a Kirigiri a cuestas muy lento y disfrutándolo-

Tras ese golpe quedé inmovilizado en el suelo mirando los intentos de escapar de Kirigiri y pronunciando mi apellido repetidas veces con un toque de tristeza y preocupación por mi estado. Me desmaye muy lentamente por la perdida de sangre mirando hacia aquella salida por la cual se había marchado la persona que me daba esperanzas para seguir en este mundo tan cruel y despiadado que también era el amor de mi vida, siendo llevada a cuestas por un abusador y asesino que tal vez tenga que ver con el causante de un derramamiento de sangre masivo en una escuela por mera diversión de un dúo de hermanas sádicas, Monokuma.

Justo después de mi repentino desmayo a causa de el abusador que se llevó a Kirigiri, desperté aun sangrando de la cabeza pero con muchos policías e investigadores enfrente de el cadáver y con Johnny y Morgan a mi lado tratando de hacer que reaccionara con una cara de preocupación y gritándome para que despertara.

!NAEGI¡ DESPIERTA YA - gritaba Johnny muy preocupado y sacudiéndome-

- tratando de recuperar la conciencia y con un dolor de cabeza muy fuerte-¿Q-que pasa Johnny?...

¿Quien te atacó, y donde está Kirigiri? - me decía Morgan muy serio y frio con un grupo de policías parado a su lado y todos armados con rifles de asalto de alto calibre-

- recordando aquel chico con mucho enfado y tratando de levantarme muy débil por la perdida de sangre, pero a pesar de todo logro levantarme y agarro mi pistola de nuevo- No lo sé, pero yo la encontraré solo...

Naegi, estas muy débil para hacerlo tu solo... - me decía Johnny mientras me detenía del hombro derecho para que no me fuera- Déjanos ayudarte con esto...

No, es mi problema y yo solo lo resolveré... - caminando con la mirada baja y con algunas lagrimas cayendo de mi cara alejándome muy lentamente hacia la puerta por la cual se llevaron a Kirigiri-

Yo en el interior sabia que seria muy difícil encontrar a un asesino en serie por mi cuenta, pero mi determinación me decía que podría hacerlo de una manera u otra y que lograría salvar a Kirigiri. Seguí caminando hasta salir de el almacén y ahí noté algunas pisadas de botas muy parecidas a las que aquel chico llevaba, no dude ni un segundo en seguirlas a mi propio ritmo con muchas fuerzas interiores que peleaban por hacerme entrar en razón de una buena vez. Era un lucha constante entre mi cerebro y mi corazón para por fin decidir si hacerlo o no, de un lado mi corazón me dictaba ir a salvar a Kirigiri sin reparar en gastos de mi integridad o cualquier otra cosa con una palpitante valentía y bravura casi inigualables, pero en cambio mi cerebro me decía que no lo hiciera por mi salud y esperara a que mis compañeros hicieran el trabajo pesado de una manera cobarde y estúpida que no dejaba de retumbar muy estresantemente fuerte...

Pero el vencedor fue el corazón, así que decidí hacerlo por mi cuenta...






Naegiri- Compañeros de trabajo, Supervivientes y tal vez algo más...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora