CAP 2

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El chico misterioso

Llegamos a la escuela, Rosa y yo nos separamos cada una a su respectiva aula. Al entrar a mi clase sentí como las miradas se posaban sobre mí, haciendo que me sienta algo incómoda.
Acepto que intento ser lo menos social posible para no encariñarme con nadie y despúes tener que irme, pero ¿Ser antisocial me vuelve rara?¿O hace que hablar de mi sea un buen tema de conversación?~ pensamiento de Alicia.

Caminé hasta llegar a mi lugar con las miradas que me perseguian en cada paso que daba, me senté y saqué un libro para leer mientras espero a que llegue el profesor.

Nada mejor que leer la novela, Drácula de Bram Stoker, un clásico.

-¡Hola!

Levanto la vista del libro para ver quien interrumpía mi lectura, era una chica de pelo negro, corto y rizado, con ojos color miel. Todos la miran sorprendidos, no suelen hablarme más que para pedir algún lápiz.

-Hola, ¿Como te llamas?

-Alicia- digo de manera cortante.

-Lindo nombre- sonríe.

-Gracias- digo mientras vuelvo a mirar mi libro.

-Yo soy Vanessa, pero me llaman Vane.

-...- Llegan unos segundos de silencio.

-¡Oh! Lees Drácula, me encanta ese libro, creo que lo he leido como mil veces.

La miro y dejo el libro sobre la mesa.

-Bueno en realidad.. 1,2,3,4...- Empieza a contar con sus dedos.

Suelto una pequeña risita.

-Ocho veces- dice mientras sonríe y me muestra los 8 dedos que contó.

-Es un buen libro.

Noto como no para de mirarme la cara, creo saber lo que ve.

-¿Tengo algo en la cara?- finjo preocupación.

-¡Oh no!, Lo siento, solo que no puedo parar de ver tus ojos, me encantan.

Ya estaba tardando.

-Gracias, los tuyos son muy lindos igual.

-¡Gracias!- dice y me regala una sonrisa.

Mi mirada se desvía en dirección a un grupo que no para de mirarme. Vanessa nota mi incomodidad con la situación.

-Bueno no te preocupes, estaban hablando de lo linda que eres, unos aman tu pelo, otros tus ojos y otros todo de ti- suelta una risita -Personalmente me gustan más tus ojos estan en un lindo degradado, los bordes café y el centro verde- dice mientras se acerca para verme bien los ojos.

-La verdad es que me gustan mis ojos por eso mismo.

Nuestra charla fue interrumpida por el profesor que ya había llegado a la clase.

-Bueno nos vemos luego Ali.

Vanessa se va a su lugar y yo guardo el libro en mi mochila y saco los libros de ciencia. La mayor parte de la clase no me sorprendio pues ya sabia el tema, y no era algo que me interese mucho. Las primeras clases las sentí rápidas y tanto que ya es hora del descanso.

Salgó al patio con mi libro y un pastelillo, me siento en un banco con un enorme árbol a su lado, que proporciona una buena sombra. Nada más sentarme sigo con mi lectura mientras como el pastelillo, despúes de unos minutos siento que alguien me observa.

Miro de un lado a otro y veo que es el mismo grupo de chicos de la clase, decido ignorar las miradas que me escanean y sigo leyendo.

-La escuela es agotadora, ¿no?

¿Es que nadie puede leer tranquilo? ¡Y justo en lo más interesante!

Dejo mi libro en mis rodillas y miro al extraño, me quedo en silencio durante unos segundos.

¡Es muy lindo!-pienso.

-Te comio la lengua el gato?- dice mientras me sonríe.

Me gusta su sonrisa.

Siento como me pongo algo colorada y me entra un poco de calor.

-S...Si- Digo nerviosa.

Parezco idiota y no se por que estoy tan nerviosa.

-Aún más si estas apunto de salir, solo quieres que acabe.

-...- Me quedo callada para evitar parecer más idiota.

-¿Estás bien?- pone su mano en mi frente.

Creo que mi cara esta cada vez más roja.

-Estas muy caliente- dice preocupado.

Que extraño, si estoy algo caliente pero no es nada para preocuparse.

-¡Ouh!- dice mientras me mira raro- Bueno. No te preocupes se pasará, tu cara esta inchada y parece una reacción alérgica.

¡¿Qué?!

-¿Qu...Qué?- digo mientras me toco la cara preocupada, pero no la siento inchada.

-Jajaja- se empieza a reir el chico.

-¡Idiota!- digo furiosa.

-Jaja- toma una pausa para respirar- Lo siento, era para romper el hielo.

-Eso no te quita lo idiota- sonrio aún algo molesta.

-¡Ouch!- me sonríe -una pequeña niña me acaba de insultar.

Asi que quieres jugar, ¿no?
Entonces juguemos.

-¡Oh! disculpe me buen hombre, pero usted logró asustarme- digo imitando un tono sofisticado.

-No, no. Usted disculpeme bella dama- dice siguiendome el juego.

Le doy la espalda, mostrandole que no lo disculpo.

-Me gustaria recompensarla.

-¿Y cómo planea hacerlo?- digo en tono interesado.

-Invitadola a una cafería cercana ¿le parece bien bella dama?- sonríe.

La Razón de mi DecisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora