HISTORIA III

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Juego de cartas

Sus miradas se cruzaron, ella le sonrió de lado y siguió mezclando la baraja. El silencio invadía el lugar, nadie hablaba ni dejaba escapar algún sonido, solo sus respiraciones se escuchaban en toda esa inmensidad.

Repartió las cartas una tras otra, quedando cinco en total para cada una. Miro a su pila y volvió a sonreír.

—Será pan comido —dejo escapar en son burlesco.

Su contrincante no respondió, conservó la calma y, sin emitir alguna emoción, miro a sus cartas.

—¿E-esta segura de esto, Tsunade-samma?

—Nunca lo he estado mas en mi vida, Shizune.

Shizune, su joven consejera permanecía a su lado. Un pequeño escalofrío le corrió por la espalda en pensar en la situación de la pobre contrincante que, siendo tan pequeña, fue retada por la rubia. La ojionix junto las manos y le pregunto con timidez a su señora:

—¿N-no cree qué es demasiado excesivo jugar contra Ton-ton? —sonrió nerviosa.

La rosada cerdita, sentada encima de una gran pila de libros que la ayudaban a alcanzar la mesa, ofreció con una de sus patas una carta a Tsunade, esta la tomo y la miro impactada al ver de cual era la que le había dado.

—Veo que quieres jugar —unio ambas manos a la altura de su mentón—, ¡pero no te lo dejare fácil!

Shizune mostró terror en su rostro, era obvio que el juego de cartas iba enserio.

—Oink —respondió Ton-ton.

La tensión era cada vez mas visible, incluso parecía que se podía tomar a puños. Los ojos, miel de Tsunade y negrasios de Ton-ton, se cruzaban de vez en cuando, haciendo que el tenso ambiente se incrementara; ya que con esa simple mirada se mostraba la confianza que tenían. También, Tsunade no evitaba sonreír, asustando cada vez mas a su asistente.

La rubia ofreció una de sus cartas a Ton-ton y, esta la tomo entre sus dientes, la posicionó junto a su pila y la observo. Sus cartas estaban recargadas sobre un objeto de madera que le ayudaba a mantenerlas levantadas ya que, al ser un cerdo, no tenia manos para hacerlo por si misma.

—O-oink —soltó Ton-ton nerviosa al ver la carta que le había pfrecido su contrincante.

Tsunade empezó a reír, mas bien, a carcajearse. Sus carcajadas cada vez eran mas intensas, mas tenebrosas, que hasta asustarían al mas valiente.

—T-tsunade-samma... —murmuro Shizune alejándose un par de pasos hacia atrás.

La Hokage se levanto de su silla y subió su pie derecho a la mesa, posiciono su mano con el manojo de cartas en su cintura; acerco su ostro al de Ton-ton y la miro fijamente. La puerquita sudo frío ante las acciones de la ojimiel.

—¡Tsunade-obachan! —una chillante voz se escucho en la cercanía justo después de el estruendoso sonido que había emitido la puerta al estrellarse contra la pared.

Todas miraron hacia esa presencia que había interrumpido su juego.

—¿Qué están haciendo? —se rasco la cabeza y las miro con confusión.

Tsunade levanto una de sus demás con irritación, bajo su pie de la mesa y dejo sus cartas sobre la misma. Se encamino al joven entrometido y le dijo con sutileza:

—¿¡Qué demonios estas haciendo dónde no te llaman, Naruto!?

—Quiero una misión —informo.

—No puedes tenerla aún ya que...—siguió dando un veredicto pero el Uzumaki dejo de escucharla cuando dijo que no.

Sus azules ojos miraron tras Tsunade, localizando a Ton-ton caminando por la mesa hasta llegar a la pila de la rubia. Miro como la cerdita daba vuelta a dichas cartas y las intercambiaba por algunas suyas, luego de volverse a colocar en su sitio.

—Ahora si nos disculpas —termino de hablar Tsunade y señaló hacia la puerta.

Naruto no dijo nada, solo salio de la sala y quedo confundido.

—¿Tsunade-obachan esta jugando contra su mascota? —se pregunto—. Eso si que esta de locos.

Se fue preguntándose por lo que había visto.

Mientras tanto, Tsunade camino a su silla y se sentó sobre esta. Aun seguía molesta y no se dio cuenta de la modificación que había sufrido.

Ton-ton tendió su pila frente a ella dejando ver toda una hilera de ases.

—Oink —dijo con alegría.

La rubia aventó sus cartas sobre la mesa y desvío la mirada de la cerdita. Estaba molesta, ya que, no solo perdía contra humanos, sino también contra animales.

—Este no es mi día —dijo en un suspiro.

Shizune quedo sonriendo con nerviosismo mientras Ton-ton festejaba su "Triunfo."

Pequeñas historias
Publicada
3/Noviembre/17

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