¿Por qué?

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#— ¿Sabes? Escuché que estás enfermo ¿Por qué?

Hacía círculos en la tierra con una rama—No lo sé.

—Yo sí.

Paró el movimiento.

—Estás enamorado de mí#

1) Abrir los ojos y no saber si definir tu último recuerdo de la inconsciencia como un sueño o una pesadilla.

2) Abrir los ojos y evocar tu último recuerdo de la conciencia, reconociendo que el protagonista de tu pesadilla estuvo presente.

3) Abrir los ojos y encontrarte con el protagonista de tu pesadilla en la enfermería, sentado junto a tu cama, y mirándote fijamente.

4) Abrir los ojos y desear no haberlo hecho.

—Ya despertaste—soltó Harry tras unos segundos de mutuo reconocimiento.

— ¿Qué mierda haces aquí?—fue su respuesta automática.

La pesadumbre de un hecho imposible te da la ventaja de no abochornarte cuando una situación inesperada se presenta, porque simplemente sabes que jamás de los jamases sucedería lo que quieres que suceda. Y que Potter esté allí no es porque le intereses, ni mucho menos porque se preocupe por ti, es solo...

— ¿Quién te maldijo?

...su maldito complejo de héroe o su aún más maldecible curiosidad.

— Yo he hecho primero la pregunta, Potter ¡¿Qué mierda haces aquí?!—bramó mientras intentaba reincorporarse en su cama, dándose tiempo para asimilar las palabras del otro ¿Había dicho maldijo?

—Te caíste del árbol después de que hablamos, tus amigos me culparán, así que más te vale decirme quién fue ¿O es que te has tirado solo para echarme la culpa después?—le acusó frunciendo el ceño.

Draco lo miró detalladamente, cuando Harry se enojaba lucía un aspecto distinto a la torpeza que siempre representaba, eran dos facetas tan contradictorias. Después reaccionó—Vaya imbécil—dijo en un susurro apretando los dientes—Si crees que yo ando botándome de los árboles te recuerdo que el idiota suicida aquí, eres tú—ya había terminado de sentarse y sentía un fuerte dolor en la cabeza y en la espalda que procuró no hacer notar.

— ¿Entonces? ¿Quién fue?

Con la cabeza hacia el frente cerró los ojos para ya no tener que verlo, porque desgraciadamente le gustaba verlo, y le contestó: —No fue nadie. Ya lárgate.

Esa fue quizá la conversación más inofensiva que habían tenido, por lo mismo quería que terminara, porque le estaba resultando agradable ese cruce de palabras, con su voz sonando sin todo ese odio que le tenía.

Abrió los ojos y tosió.

Esta vez no fueron pétalos como tal, eran acacias amarillas, un cúmulo de foliolos en conjunto que lucían parecidos a dientes de león miniaturizados y de color amarillo. Y debido a su textura se mantuvieron en el aire cayendo ligeros hasta posarse sobre la blanca tela de la camilla.

Draco se quedó en blanco, sin saber que hacer, solo deseaba que Harry no estuviera allí, en ese momento, ni en ningún otro. Estaba empezando a enojarse— ¡Te dije que te largaras!—le gritó tapándose la boca con el antebrazo.

Como era de esperarse, Harry hizo caso omiso y con curiosidad llevó su mano hasta una de las flores.

Había dicho que la pesadumbre de un hecho imposible te da la ventaja de no abochornarte cuando una situación inesperada se presenta, pero... se sentía... ¿Por qué Potter hacía eso? ¿Por qué?

Hanahaki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora