Voldemort nunca ha representado nada bueno en la comunidad mágica, Harry sinceramente no entiende las razones de aquellas personas que lo siguen y apoyan, vagamente se hacía una idea del poder que ganarían, pero ¿Lo vale? ¿Realmente vale condenar al mundo mágico, a las personas que conoces y a tu familia a un futuro oscuro y doblegado a los pies de un mago que ha perdido su humanidad?
Mientras caminaba en Hogsmeade con sus amigos, notó como un pinchazo la tienda de artículos de broma Zonko cerrada con tablones, y así varios locales más. Esto era lo que traía Voldemort ¿Por qué el resto no se podía dar cuenta? ¿Por qué tenían que ser tan egoístas?
Si creyó que el paseo podría recobrar un poco de gracia en el transcurso, se equivocó, se equivocó tremendamente. Primero estuvo su no agradable encuentro con el profesor Slughorn; después avistó a Mundungus en posesión de artículos que había robado de la casa de su padrino y que planeaba vender al camarero del Cabeza de Puerco; y por si no fuera suficiente, al regreso se toparon con Katie y Leanne discutiendo por un paquete que resultó traer dentro un ornamentado collar de ópalos, un collar que Harry había visto con anterioridad en Borgin y Burkes y el cual indicaba estar maldito, por ello Katie Bell actuó de forma tan extraña. Llamaron a Hagrid y tan pronto la vio tuvo que llevarla lo más rápido posible al castillo.
No podía evitar pensarlo, todos esos malos momentos, todas estas situaciones solo tenían un promotor y culpable: Voldemort.
Sin embargo ya había establecido que a quien menos comprendía era a aquellos que apoyaban a ese cara de serpiente, pues con las preguntas que él y sus amigos le habían hecho a Leanne, entendió algo muy importante.
—Malfoy sabía que existe este collar. Estaba en una vitrina de Borgin y Burkes hace cuatro años; vi cómo lo examinaba mientras me escondía de él y de su padre. ¡Seguramente era lo que quería comprar el día que lo seguimos! ¡Se acordó del collar y fue a buscarlo!
Cuatro años, habían pasado cuatro años desde que pronunció mal la dirección del callejón Diagon y terminó en esa asquerosa tienda, encerrado en un armario para no tener que tratar con los Malfoy, sin embargo recordaba con lucidez el día y el momento en el que el niño rubio se acercó a revisar el objeto, con la genuina curiosidad plasmada en su cara y ¿Por qué no? cierta pisca de malicia en su mirada, porque Draco no era tonto, él sabía que los artículos en ese lugar no eran precisamente para hacer un bien, menos aquel collar con una inscripción que claramente lo señalaba como maldito, y aun así se había mostrado interesado.
No debería de extrañarle, el propio Lucius Malfoy llegó a esa tienda para negociar con el dueño, ofreciendo pertenencias que serían del tipo oscuro tal y como la mercancía que caracterizaba todo el local. En resumen, Draco vivió toda su vida rodeado de esa clase de artefactos, por ello no le alarmaban como al resto, por eso para él más que una amenaza era un arma de la cual podía hacer uso, tal y como lo hizo con Katie Bell.
Cuando se lo comentó a Ron y a Hermione no obtuvo el apoyo que esperaba, pero por supuesto no desistió, planeaba llegar a Dumbledore y contárselo todo; hablarle de todas sus sospechas sobre Malfoy en general y el peligro que ahora representaba un estudiante así en el colegio, uno que desde temprana edad ya llevaba la marca de Voldemort tatuada bajo la manga.
Hubo una extraña comparación en su cabeza, el recuerdo de una frase en la que a Harry mencionaban como el integrante más joven en el equipo de quidditch de Gryffindor, y ahora, en el presente, como contraparte estaba Draco, el mortífago más joven reclutado en las filas de Voldemort.
Nunca había visto la diferencia entre ambos más abismal, pero por lo mismo nunca se había percatado de una igualdad como aquella.
Ya en Hogwarts estuvo buscando al profesor Dumbledore, sin embargo en un aula solo avistó a la maestra de transformaciones.
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Hanahaki
FanfictionDraco está enfermo, su enfermedad es muy "compleja". Imagínese que está muy enfermo y salen pétalos de su boca cuando tose. Sin duda sería una expectoración muy atípica, esa fue la sorpresa de Draco Malfoy al darse cuenta que padecía la enfermedad d...