Capítulo 7

9 2 0
                                    

—Tranquilos, no pasa nada.—traté de calmarlos. Estaba oscuro y en un laberinto de juegos. Aparte, el grito no ayudo.
Danna, empezó a llorar, hasta que su hermano la calmó.

—Vamos, síganme —dijo Sam, traatando de caminar en la oscuridad. Todos la seguíamos, y ella parecía que veía en la oscuridad, pero yo no tenia esa suerte, así que terminé perdiéndome.

—¿Chicos? ¿Chicos? —preguntaba sin respuesta. Caminé despacio, aunque igual caí por una montaña de cubos de espuma flex. Sí, así de cojo soy. Sentí unas manos en mi espalda, que luego sirvieron para apoyarme y levantarme.

—¿Estás bien Chris? —preguntó André.

—Sí, —quité mis manos de ñas suyas. —¿dónde están los demás?

—No lo sé, pero Chris, quiero hablar contigo.

—No tenemos nada de que... —traté de explicar, pero me cortó antes.

—Chris, quiero que sepas que yo sabía que estás enamorado de mí. Lo sabía desde que me dí cuenta tus sonrojos inexplicables o nervios tremendos al estar contigo. Cuando me percaté de tus miradas "discretas", o cuando te ponías celoso de que yo le hacía más caso a Felipe. Quiero decirte que me...

Ese fue el punto de quiebre.

—No quiero saber mada más André. ¿Sabes cuánto dolor me causaste al hacer eso? ¿Sabes cómo me sentía? No, porque yo no te importo. Nunca sentiste algo por mí.

—¡Mentira! Se que no soy el mejor en expresarme, pero era joven y tonto, ahora se que quiero y te quiero a ti. —dijo mirando atentamente a mis ojos.

—¿A mi? ¡Por favor André! No me vengas con tus mentiras que ya estoy cansado de soportar. ¡Acabo de perder a mi prometido! —su cara se torno en una de sorpresa, fue entonces cuando las lágrimas empezaron a rebelarse en contra mío— ¡Estoy cansado de que Cupido juegue conmigo! Entonces ahora, no quiero que venga alguien que ya había superado a decirme que le gusto. ¡Ya te superé André! —lo último dije con veneno, se que la venganza es mala, pero él no entiende lo que pasé. André titubeó.

—¿Estabas comprometido?

—Tu mismo lo dijiste, estaba. —agarré mi teléfono, activé la linterna y me alejé de quien una vez era el mejor hombre que existó.

Las lágrimas continuaban, pero no paré. Salí del laberinto, para encontrarme con que todos estaban afuera de él. Todos mis amigos.

—Oh no —escuché a Kaya decir mientras se me acercaba.

—¿Ustedes fueron parte de esto? —pregunté alejando a Kaya. No respondieron. Los miré incrédulo.

—No sabíamos que iba a salir así Chris. —dijo Sam.

—Váyanse a la mierda —les dije, entonces volví a alejarme, saliendo del juego ese.

Estaba sorprendido. Salí con lágrimas aún, por eso toda la gente regresaba a verme. Ya no me importaba. Cuando estuve afuera del centro comercial, no me molesté ni siquiera en parar un taxi. Quería estar solo y, aunque suene masoquista, sufrir solo. Estaba saliendo del portón del parqueadero, había llegado a la acera, cuando alguien me llamó.

No caeré otra vez, Cupido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora