Hermione se despertó con un fuerte dolor de cabeza, la boca reseca y completamente desubicada. Dio vueltas por la gran cama en la que se encontraba hasta quedar suspendida en la orilla, observando el suelo de parqué del lugar.
Cuando el mareo inicial desapareció, se incorporó algo tambaleante, quedándose sentada sobre las sábanas blancas de la cama. Observó la habitación dónde estaba, tratando de hacer memoria de qué había ocurrido la noche anterior y cómo había llegado hasta allí.
—Buenos días, morenita. —Esa insoportable voz le causó un escalofrío, sus ojos marrones clavándose en la figura del hombre que acababa de entrar en la sala.
—¿Malfoy? —murmuró, su voz saliendo algo afónica—. ¿Dónde estoy?
—En mi casa, morenita, aquí acabó nuestra fiesta anoche. —El mafioso movió las cejas de arriba abajo, ganándose una mirada asqueada de Hermione—. Pero antes de que te pongas histérica: no hicimos nada aparte de unos besos poco inocentes.
El instinto asesino de Hermione afloró cuando el rubio comenzó a reír. La castaña se enredó la sábana alrededor del cuerpo incluso cuando tenía una camisa extremadamente larga que la cubría hasta las rodillas.
—¿Cómo se supone qué he terminado aquí? —inquirió la mujer, lanzándole una mirada venenosa a Draco mientras este se movía por la habitación.
—Bueno, digamos que coincidimos en el pub al que fuiste y que estabas más cariñosa de lo habitual, al menos conmigo.
Hermione murmuró un «gilipollas» por lo bajo y se levantó de la cama. Malfoy la observó de arriba abajo, deleitándose con la imagen de la chica con su camisa y las piernas descubiertas.
—¿Dónde están mis cosas? —preguntó y Draco arqueó una de sus cejas.
—¿Tus ropas y tu bolso? —Hermione rodó los ojos ante lo obvio—. Están para lavar.
—¿Y por qué exactamente?
Draco sonrió, esa sonrisa de capullo que no presagiaba que lo que contestaría no sería nada bueno. Ya se imaginaba al idiota diciendo algo como: «me pediste que te la quitase porque estabas caliente» o alguna mierda de ese estilo.
—Bueno, es una razón muy simple pero razonable —dijo y fue el turno de Hermione de arquear una ceja.
Draco dio dos pasos hasta llegar donde Hermione se encontraba, se inclinó dejando sus labios a pocos centímetros del oído derecho de la mujer. La castaña trató de ignorar el efecto que su cercanía, por alguna razón que todavía se negaba a aceptar, le causaba.
—Te vomitaste encima por culpa del alcohol, tuve que quitarte la ropa, ducharte y meterte en la cama en un estado de semi inconsciencia —murmuró antes de apartarse y echarse a reír.
Hermione comenzó a enrojecer violentamente, la vergüenza consumiéndola entera y recuerdos de ella expulsando el contenido de su estómago a la salida del pub atacándola con violencia. Draco vio su turbación y volvió a reír.
—Si te sientes capaz de desayunar baja, estaré en el comedor —dijo con tranquilidad—. Y por cierto, tú móvil está sin batería encima de una de las mesitas de noche.
El hombre se fue de la habitación tras un último vistazo a la mujer, dejando a Hermione consumirse en la vergüenza.
♪
Hermione salió del cuarto después de ir al baño y acomodarse mejor la camisa que llevaba como única prenda, a parte de las bragas que Malfoy había tenido decencia de no quitarle como había hecho junto al resto de su ropa.
ESTÁS LEYENDO
Dark paradise [Dramione]
FanfictionHermione tiene tres cosas claras en ese momento. La primera: ser hija de uno de los mafiosos más poderosos de Inglaterra es un peligro; la segunda: trabajar en el local donde se reúnen los líderes de la mafia más peligrosos no es la mejor decisión d...