Capítulo 7

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Hermione observó la forma en la que el rubio perdía el poco color que tenía y colocaba su mejor mirada consternada. Rodó los ojos ante la escena tan dramática que estaba presenciando y se giró para volver a hacer la comida.

—¡¿Tu padre es Allan Granger?!

—Sí.

«Mierda», pensó Draco.

—Joder —dijo en voz alta y Hermione arqueó una ceja

—No sé por qué te pones así, ¿acaso era mejor la opción de que fuera una asesina a sueldo?

—Ahora mismo me lo estoy planteando —replicó el rubio, pero parecía que se había recuperado de la impresión—. Podrías habérmelo dicho antes.

—¿Hubieras dejado de acosarme?

—No —contestó y Hermione se mordió el labio para no sonreír—, pero hubiera sido más discreto. A estas alturas seguro que la cabrona de Pansy ya se lo ha dicho a tu padre.

—¿Pansy?

—La chica del pelo negro que estaba conmigo anoche en el bar.

—Sé a quién te refieres, lo que no entiendo es por qué ella tendría que decirle nada a mi padre.

—¿No la conoces? —Hermione negó con la cabeza—. ¿Te suena el nombre de «Nexus»?

La mujer frunció el ceño antes de asentir lentamente, Draco se reacomodó en el taburete y suspiró.

—Ella es Nexus, es el nombre en clave que utiliza para que no puedan descubrir su verdadera identidad —explicó—, ni siquiera sé si Pansy es su verdadero nombre, así que imagínate la red de mentiras que ha construido. —Suspiró—. Ella es la intermediaria entre todas las mafias de Europa, desde la más pequeña hasta la más grande.

Hermione asintió y se sentó frente a Draco después de apagar el fuego.

—¿Y?

—Mi grupo está negociando con el de tu padre, desde hace varios meses. La idea era unirnos y formar juntos la mayor mafia del mundo. Yo controlo Europa y tu padre América, ambos tenemos bastante poder como para dominar parte de Asia y Oceanía por completo. —Hermione jadeó—. En las negociaciones tenemos muchas cláusulas para proteger nuestros intereses y una de sus cláusulas era que no me atreviese a acercarme a su hija.

Hermione se mordió el labio, tratando de evitar las carcajadas que querían escapar de su cuerpo. ¿De verdad su padre había puesto una cláusula para que no se acercasen a ella? Miles de kilómetros separándolos y seguía siendo el mismo padre sobreprotector de siempre.

—Yo no le di importancia a esa cláusula porque me parecía una tontería —prosiguió—, ¿por qué me iba a acostar yo con la hija de Granger? Ni siquiera sabía que estaban en Londres, pensaba que vivías en Estados Unidos con tu padre —Hermione ladeó la cabeza y Draco suspiró—. Y ahora Pansy le habrá dicho lo que pasó la noche anterior y nuestro trato se habrá roto completamente.

—Puedo hablar con él, si quieres. No soy fan de estas mierdas de la mafia, a pesar de haber nacido en mitad de todo este lío. —Draco la miró fijamente—. Pero siempre puedo hablar con mi padre para que no rompa el trato, no me gusta lo que hacéis, pero tampoco os juzgo.

—¿Y de verdad crees que tu padre va a mantener el trato? Da igual lo que le digas, me he saltado una de las cláusulas y el trato se ha roto. Posiblemente también todas las conexiones que tenemos, ahora somos dos mafias enfrentadas.

—Si te piensas que mi padre creerá que me has manipulado para defenderte o algo por el estilo estás muy confundido —replicó Hermione—. Mi padre es consciente de dónde trabajo, con quién trabajo, dónde estudio, dónde vivo... Y también es consciente de que no tengo problema alguno en poner a la gente en su lugar si me molestan, así que manipularme para que diga algo que no pienso te llevaría años y que mi padre sospechase de lo que digo, toda una vida.

—No quiero meterte en estos líos, Hermione —suspiró—. Tú misma lo has dicho, no te gusta lo que hacemos, ¿por qué te obligaría a involucrarte en esto? Soy un mafioso, sí, pero no un cabrón. No contigo.

Hermione apretó los labios y parpadeó varias veces. Draco Malfoy y las cosas que decía y hacía la tenían loca. No había forma de predecir que cosas soltaría o qué cosas sería capaz de hacer. ¿No tenía problemas en matar a un tipo en mitad del bar, pero luego sí los tenía para involucrarla en la mafia? Tenía el sentido de la moral estropeado.

—Draco, una cosa es que no comparta vuestros estilos de vida y otra muy diferente es que pueda desvincularme de ello, ¿de verdad crees que soy tan estúpida para renegar mi origen? El dinero en mi cuenta es dinero que mi padre ha ganado con la mafia, trabajo en un bar lleno de mafiosos, mi mejor amigo se acuesta con uno de los guardaespaldas de mi padre y me he acostado contigo, que eres el jefe de la mafia más peligrosa de Europa —replicó y él sonrió—. Mis palabras nada tiene que ver con mis acciones, ¿qué más da que me meta en vuestro contrato si tarde o temprano estaré involucrada en eso?

—No quiero que te sientas obligada.

—No te preocupes, necesitarás algo más que una cara bonita, un buen cuerpo y sexo espectacular para que yo me sienta obligada a hacerte un favor. —Hermione sonrió y se levantó para terminar de hacer el almuerzo.

—¿Ni siquiera un favor sexual?

—Ese es el que más te costaría conseguir.

El rubio se echó a reír.

........

El reloj marcaba las ocho y media de la tarde cuando Hermione vio a su padre cruzar la puerta del bar. Draco se había marchado después de comer, tras recibir una llamada de George. Se habían besado durante algunos minutos antes de que el rubio se fuera y Hermione se había cambiado de ropa para ir a las clases y tras tres horas muy aburridas, se había ido al bar y se había puesto el uniforme para comenzar su jornada.

—¡Princesa de papá!

Su padre se acercó con pasos rápidos cuando la visualizó y Hermione salió de detrás de la barra para recibir el gran abrazo de su padre. Apretó su cara contra el pecho del hombre y rodeó su cuerpo con sus brazos, dejando que todo en ella disfrutase de volver a estar entre los brazos de su padre, recibiendo su cariño.

—¿Me has echado de menos? —preguntó con una sonrisa que Hermione correspondió.

—Claro, ¿y tú a mí?

—¿Cómo no voy a echar de menos a mi pequeña princesa? —Allan apretó las mejillas de su hija y la volvió a rodear con sus brazos—. Mi pequeña princesita hermosa. —La movió de un lado a otro.

Hermione se echó a reír y se dejó abrazar, balancear y apachurrar por su padre durante todo el tiempo que el hombre quiso. Le dio un beso en la mejilla y se abrazó a su brazo mientras su padre hablaba con sus socios. Por el rabillo del ojo, Hermione vio a Ron reír con el rostro todo rojo mientras su novio, Harry, le daba un fuerte abrazo.

—¿Con qué eres tú el imbécil que se ha atrevido a profanar a mi hija? —Hermione volvió al mundo con esas palabras y miró hacia la puerta, cruzando su mirada con la de Draco.

—Papá... —comenzó Hermione, pero Draco se adelantó.

—Supongo que ese soy yo, sí.

Hermione se golpeó el rostro con la mano y miró a Draco con una ceja arqueada. El rubio rodó los ojos y avanzó hasta colocarse frente a Allan. Estiró su pálida y gran mano y Allan la miró durante unos segundos antes de estirar la suya y apretar la de Draco en una fuerte sacudida.

—¿Sabes que nuestro trato está roto, verdad, chico?

—Creo que es algo que podemos discutir todavía —replicó el rubio y miró a Hermione—. ¿O no, Hermione?

La castaña suspiró, se separó de su padre y se colocó entre ambos hombres.

—Es un tema que debemos discutir en el reservado —replicó con suavidad—. Así que, por favor, vamos allí.

Ambos hombres bufaron y Hermione lo hizo cuando vio a los dos adentrarse en la sala privada. Le esperaba una noche muy larga.

Dark paradise [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora