Capitulo 3: Amanecer corriendo

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Continué corriendo hasta casa de Lin, la puerta principal estaba abierta de par en par, pensé lo peor, no sabia que estaba pasando y agregar la puerta completamente abierta, te llena la mente de pensamientos fatales, entre lo mas sigiloso que pude, ella vivía en el departamento 15 en la primera planta, recorrí el pasillo hacia las escaleras, mientras subía vi luz desde el filo de una puerta, se escuchaban sonidos inquietantes provenientes del otro lado de la puerta, subí completamente y me asome por el pequeño agujero, a la mitad de la cocina estaba en pie una criatura como las que había visto antes, ojos blancos, piel verde grisácea y hacia esos sonidos extraños, miraba a un punto fijo, parecía congelada, mi brazo resbalo del piso y cerré por accidente la puerta, escuche los pasos veloces de la criatura y después sus brazos golpeando la puerta, intentando salir, debo admitir que tenia fuerza, acerque una maceta y bloquee la puerta.

Seguí caminando hasta llegar al departamento 15, que estaba completamente cerrado, toque un par de veces y como imaginaba no se escucho ni paso nada, los pensamientos oscuros seguían rondándome. Me quite la camisa, la rasgue y enrolle al rededor de mi codo, corrí hacia la caja del extintor y rompí el cristal que lo protegía, después lo tome con fuerza entre mis manos y corrí hacia la puerta, el primer intento fue un fracaso, el extintor me golpeo en el estomago y yo caí, lo tome de nuevo y con mas fuerza y rapidez embestí la puerta logrando derribarla, el departamento estaba completamente boca arriba, inspeccione cada habitación y en el dormitorio estaba ella, debajo de su escritorio escondida, llorando. Me agache y me abrazo, era el momento mas feliz en todo el día, después de todo esto, era lo mas feliz, era nuestro momento, sostuve su cara entre mis manos y acercándome despacio la bese. En ese momento me jure protegerla de lo que carajos fuera lo que estuviera pasando, me levante y la ayude a pararse, tomo algunas cosas sin decir una sola palabra, tomo mi mano y con lagrimas cayendo de sus ojos me susurro-Salgamos de aquí Will-.

Salimos y vimos la calle desierta, corrimos la cortina metálica de la cochera y encendió su auto, vació un recipiente de gasolina en el tanque, me metí en el asiento del conductor y arranque. Saliendo de la pequeña cerrada donde estaba el departamento, empezamos a pasar por avenidas mas grandes, lo que vimos parecía salido de una película, eran miles, miles de tipos verdes y grises por todos lados, iba tan rápido que atropellaba a algunos, sus caras eran inexpresivas. El camino se empezó a hacer cada vez mas angosto, los tipos salían por todas partes y con el ruido del motor se abalanzaban al auto, eran cada vez mas y mas, uno de ellos se embistió contra el parabrisas y lo estrello, tuvimos que bajarnos en una calle mas solitaria del carro e ir a pie, el carro hacia mucho ruido y los tipos verdes parecían atraídos por este.

Teníamos que encontrar comida, agua y algo para defendernos, se veía que la situación no estaba controlada por nadie, no se veían helicópteros, ni policías, estábamos solos.

Entramos a descansar a una farmacia, estaba como todo deshabitada, con algunas cobijas que encontramos en la trastienda hicimos colchonetas en el suelo. Después de un rato de habernos acostado Lin hablo.-Puedo dormir contigo-pregunto con estragos de miedo en su voz, -Si- respondí casi en un susurro, tenia miedo de que nos escucharan, acto seguido, rodó hacia mi cama improvisada, al principio se puso al lado contrario de mi, pero conforme pasaba el tiempo se acercaba mas hasta quedar juntos, yo solo la abrace, se acomodo en mi y me abrazo también, pasados unos minutos se quedo dormida. La luz de la luna reflejaba en su rostro, su hermoso y blanco rostro como la nieve, eran tan hermosa, escuchaba su respiración y veía a la vez su casi vaga sonrisa, ella me inspiraba valor, me daba ganas de seguir, el sueño empezó a apoderarse de mi hasta rendirme, fue una noche fantástica.





































































































































































































El amor en tiempos de zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora