El amor en tiempos de zombies

Capitulo 10: Rigs

Muchos soldados comenzaron a salir de las tiendas de campaña, gente con pasamontañas y armas penetraron la muralla, eran a simple vista unos 70 u 85 tipos, Lorance estaba inconsciente en el suelo, tome a Lin de la mano y salimos corriendo a refugiarnos.

Mientras corríamos de vuelta a nuestra celda, un fornido y alto tipo de tez obscura nos jalo a un rincón apartado, trate de luchar pero era demasiado fuerte, -Tranquilos, somos de los buenos- dijo en un tono discorde a su impactante imagen. Decidí confiar en el y si nos podía sacar de ahí mucho mejor, atravesamos el campo de batalla, -¿Tu sabes que es toda esta locura?- le pregunto Lin,-Un científico idiota en no se donde carajos de la India soltó un experimento, esa mierda se expandió hasta aquí y ahora todo es un maldito caos, nadie sabe lo que realmente que paso pero es el rumor mas fuerte y lo que pasa aquí en este campo, es que el gobierno se volvió loco, quieren purificar antes de que se expanda por completo-.

-Creo que no lo están logrando- le dije con sarcasmo, la conversación se corto cuando empezaron a dispararnos y tuvimos que correr hacia el otro lado, alcanzamos a refugiarnos cuando las balas estaban por alcanzarnos... Ya seguros la conversación siguió, -¿Cual es tu nombre?- pregunto Lin tratando de imaginar uno, -Soy Ned, pero todos me dicen pólvora-,- ¿Por que? - pregunte con cierto asombro, de pronto mi pregunta fue contestada con un inmenso estallido.

Después de la conmoción por la explosión, salimos de nuestro refugio, con unas enormes pinzas que colgaban de la espalda de pólvora abrio un hueco por el cual nos escabullimos hacia el bosque. Seguimos corriendo hasta que comencé a divisar un par de autos y a varias personas con los mismos pasa montañas, contando los 80 que habíamos visto irrumpir en la muralla en total debían rebasar los 150 elementos.  Después de correr unos minutos nos encontramos con ellos, pólvora nos indico que esperáramos detrás de el con un gesto de su mano, -Rescate a dos Señor- exclamo dirigiéndose a un hombre canoso que sostenía unos binoculares, -Bien pólvora, espera que vengan mas y llévalos en un auto a la base-, el hombre bajo del quema cocos del vehículo y se acerco a nosotros, -Comandante Rigs, ya están a salvo- dijo con lo que al menos a mi me pareció una franca sonrisa.