Quince

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-Camine por los pasillos del instituto mirando a todos detenidamente, mis heridas habían sanado al igual que mis dolores habían desaparecido, busque una sonrisa que estuviera dirigida a mi pero no encontré nada, sentí como alguien me halaba al armario del conserje, mire sus ojos- Jordan -murmuró en tono molesto, sentí su mano sobre mi muñeca y suspire- se acabó todo... no te conozco y nunca lo he hecho-salí antes de que pudiera hacer algo y camine con la vista baja, fui a mis clases normalmente y al terminar el día camine a casa. Mire la casa y entré por la ventana de mi cuarto, deje la caja sobre mi cama con algunas cartas y tome el diario dejándolo en un sobre,  "para Jordan Stonem" decía con letras grandes y puse sus cartas en el-.

-Camine al baño y me mire en el espejo, mire mis ojos, aquellos que algún día habían sido claros y que mostraban aquél brillo de felicidad, pasé mis manos por mis mejillas y negué con la cabeza- Hola Cassie...  -susurro frente al espejo- lamento tener que hacer esto ¿sabes? es difícil para mi hacerlo... pero piensa todo será mejor que esta mierda, cualquier lugar será mejor que este.  -Sonreí de lado- ahora nos iremos de aquí y seremos felices...  -reí un poco y luego rompí en llanto mirando el espejo fijamente- dejaremos de ser un estorbo aquí... -tome la navaja en mi mano y la carta en la otra... habían tres iguales. Una en la caja, otra en el sobre de Jordan y la otra conmigo, hice un corte en mi brazo y vi como la sangre salió desde allí-.

-Me quede un buen rato observando mi brazo y luego me apoye de la pared, pensé en cada momento, cada segundo que había pasado en aquella casa, con mi familia y con mi verdadera felicidad, lo dí todo... y me arrepiento, tal vez no estaría aquí haciendo esto si no hubiera hecho algunas cosas. Pero todo no fue suficiente... ellos querían más, querían mi muerte y eso consiguieron-.

-Dejé cosas atrás y simplemente comencé a ser otra persona, pero los recuerdos me atacaron y no supe defenderme. Hice otro corte tras otro, la sangre corría por mis brazos y una sonrisa se formo en mis labios- un lugar mejor Cassie...  -susurro para mi antes de hacer el último corte, el corte que acabo finalmente con mi vida-.

-Sentí como comenzaba a perder la noción del tiempo, el dolor había desaparecido y estaba alrededor de un charco de sangre, oí la voz de papá sobrio luego de tanto tiempo- Cassie... Cassie no te vayas- fueron lo último que escuche antes de cerrar completamente mis ojos, una lágrima cayó por mi mejilla y al igual que la carta cayó de mi mano-.


El Diario De Una SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora