21 ~ ¿Sinceridad?

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El reloj corrió rápido esa noche a comparación de las anteriores, o al menos así lo sintió Samuel cuando se percató de que eran las doce en punto y que el jueves había finalizado, dándole paso al viernes que tanto había tratado de atrasar. El plazo de Guillermo tenia, exactamente, ocho horas antes de vencerse y no sabía si el menor había podido redactar algo para entregarle a los superiores o no. Había hablado tan poco con él estos últimos tres días que ni se había percatado de que, quizás, esta podía ser una de las últimas noches del entrenador dentro de la Organización. Si Guillermo no entregaba nada, o si decía que necesitaba más tiempo, la investigación quedaría descartada y las piedras destruidas, y ese era un detalle que había pasado completamente por alto cuando, en realidad, era lo que menos debía olvidar.

Por un instante se alarmó y se arrepintió completamente de haber mentido, pero no tardo más de dos segundos en descartar esa sensación. Estaba convencido de que el menor tendría algo que darle a los del consejo directivo...o al menos eso quería creer.

-¿Hablaras con él?- pregunto Miguel luego de un prolongado silencio.

Samuel salió de sus pensamientos de golpe, sacudiendo la cabeza en el proceso; se había olvidado completamente que estaba en la antigua sala de monitoreo y lo que intentaba hacer en compañía del verde.

-Quizás lo haga más tarde- mintió.

-¿Por qué no ahora?

-Quiero que se pinte la marca verde primero.

-Llevas horas con lo mismo y no se ha pintado- el morado desvió sus ojos a su brazo derecho, contemplando como la marca de los verdes era la única que brillaba en morado -No pierdas más tiempo y habla con Guillermo antes de que sea tarde- Miguel frunció los labios -tiene tan solo horas para preparar algo decente para los del consejo, y si no tiene nada... Tú y tus marcas serian su único sostén para que no lo despidan.

-Se lo que intentas hacer- formulo Samuel -y no va a funcionar. Rubén, Alejandro y Frank hicieron lo mismo y les deje en claro que...

-No hablaras de esto con Guillermo- completo el contrario -ya, entiendo, pero de verdad es importante que lo hagas. Deja de pensar en tu enojo, egoísmo o lo que sea que se te este cruzando por la cabeza y entiende: Guillermo y tu se necesitan para solucionar esto, y si ninguno de los dos se sincera con el otro, lo único que harán será arrastrarse al desastre- el morado se mordió la lengua notablemente ofendido por tener que escuchar aquel discurso de uno de sus subordinados -Se un poco más inteligente que él y deja de lado el engaño por un par de horas, por el bien de los dos.

Odiaba tener que admitirlo, pero las palabras de Miguel llevaban toda la razón, todas y cada una de ellas. Estaba claro que ninguna persona (por más superior que fuese su rango) dictaminaría que la piedra de su cuello fuese destruida por que eso significaba su muerte y la pérdida del único morado con vida en la faz de la tierra, pero el dejar al entrenador sin empleo era algo mucho más fácil de decidir, por no decir que a nadie del consejo le molestaría tomar esa decisión.

¿Estaba dispuesto a dejar a su novio sin empleo por guardarse el secreto de sus marcas?

-Por un instante olvídate de las supuestas cosas que Guillermo no te está diciendo, olvídate de todo eso que te impide ser sincero con él y habla. Díselo.

Y de nuevo se encontraba Samuel dudando en que hacer y que no.

¿Estaba dispuesto a dejar a su novio sin empleo por guardarse el secreto de sus marcas?... No, claro que no lo estaba. No se lo perdonaría jamás en la vida.

Tierra y otros elementos [Wigetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora